Operativo en Caleta Córdova terminó con la destrucción de dos artefactos explosivos deteriorados

El operativo en Caleta Córdova se desarrolló durante una jornada que reunió a integrantes de la División Explosivos y a equipos provenientes de Rawson, Trelew y Comodoro Rivadavia, que coordinaban un rastrillaje en un sector donde vecinos habían advertido la presencia de un objeto sospechoso. El trabajo se concentró en un área de difícil acceso, donde el personal mantuvo una distancia segura mientras delimitaba el perímetro y organizaba los movimientos necesarios para revisar el terreno sin interrupciones. La supervisión se sostuvo de manera continua, ya que el objetivo apuntaba a confirmar el origen del material y definir si requería una intervención inmediata.

La recorrida permitió ubicar una granada de mano fragmentaria EA-M5, que conservaba su carga explosiva y presentaba una espoleta deteriorada por el tiempo a la intemperie, según indica el parte oficial. El hallazgo llevó a ampliar la observación sobre el entorno con el fin de descartar otros elementos, mientras el equipo mantenía comunicación interna constante para ordenar los pasos siguientes. La corrosión y la humedad habían afectado la estructura del artefacto, lo que obligaba a una evaluación meticulosa antes de cualquier acción.

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Una vez verificado el estado del dispositivo, el personal especializado resolvió concretar la destrucción en el lugar, una práctica utilizada cuando el traslado implica un riesgo mayor que la neutralización controlada. La coordinación incluyó la definición de un punto seguro para los equipos y la advertencia a quienes circulaban por las inmediaciones, con el propósito de evitar la presencia de personas dentro del radio de seguridad. La detonación, ejecutada con los procedimientos habituales, confirmó que el material quedó completamente neutralizado.

En paralelo, la fuerza informó que también se efectuó la destrucción de una granada de mortero de 120 mm, que se encontraba bajo resguardo luego de su secuestro en Sarmiento, el 26 de septiembre de 2025. El elemento había permanecido almacenado para una revisión posterior, que derivó en la decisión de eliminarlo de manera definitiva aplicando protocolos similares a los de Caleta Córdova. La intervención permitió cerrar un procedimiento iniciado semanas atrás y reducir riesgos vinculados al deterioro del material bélico.

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