Dos cazas F-18 de Estados Unidos ingresaron al espacio aéreo venezolano durante 40 minutos

La situación geopolítica en el Caribe volvió a escalar luego de que dos aviones de combate F-18 pertenecientes a Estados Unidos ingresaran al espacio aéreo venezolano y permanecieran en esa zona durante un lapso prolongado. El episodio, registrado el martes al mediodía, implicó un sobrevuelo sostenido sobre el Golfo de Venezuela y reavivó la tensión entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Donald Trump, en un contexto marcado por operaciones militares, declaraciones cruzadas y maniobras de presión.

Los F-18 actuaron en formación y trazaron un recorrido que pudo ser seguido en tiempo real por miles de usuarios en plataformas de rastreo aéreo, que mostraron un patrón de vuelo visible incluso desde la nube de aplicaciones donde se registran movimientos civiles y militares. Según estas visualizaciones, las aeronaves permanecieron a unos 7.600 metros de altitud durante al menos 40 minutos antes de retirarse hacia el norte.

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El cruce aéreo se produjo mientras otro dispositivo estadounidense operaba en la zona. Horas antes, un dron naval MQ-4C Triton, identificado como 169804 BLKCAT6, ingresó al área de información de vuelo de Maiquetía. La publicación venezolana La Patilla indicó que realizó maniobras de reconocimiento frente a la costa, lo que reforzó la interpretación de que se trató de un operativo coordinado.

La respuesta política no se hizo esperar. Trump declaró en una entrevista con Politico que Maduro “tiene los días contados” y reiteró que “pronto atacaremos también en tierra”, una frase que profundizó la tensión bilateral y fue tomada en Caracas como una amenaza directa. Desde el entorno del mandatario venezolano se interpretó el movimiento como un acto hostil y parte de una presión sostenida desde hace meses.

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El sobrevuelo se dio sobre un corredor de alta sensibilidad económica: entre los estados de Zulia y Falcón, una zona donde se concentran reservas petroleras y parte de la infraestructura hidrocarburífera venezolana. Las trayectorias que observaron los sitios de rastreo mostraron a los cazas en el norte del lago Maracaibo y en el golfo de Venezuela, un sector clave para el transporte y procesado de crudo.

Este despliegue aéreo forma parte de una presencia militar estadounidense cada vez más marcada en el Caribe. Desde septiembre, Washington moviliza destructores, submarinos, aviones de combate y al portaaviones USS Gerald R. Ford, la unidad más grande del mundo. Se estima que Estados Unidos mantiene entre 15.000 y 16.000 efectivos en la región como parte de la denominada Operación Lanza del Sur.

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El discurso oficial norteamericano sostiene que la operación busca frenar el narcotráfico, aunque en paralelo el gobierno de Trump acusó a Maduro de liderar el denominado Cartel de los Soles, una imputación que deriva en órdenes judiciales y recompensas para quienes aporten información. Venezuela respondió declarando el estado de emergencia y movilizando a sus fuerzas, incluidas baterías antiaéreas S-300VM de origen ruso.

La tensión también está atravesada por intentos de negociación. Trump confirmó que habló con Maduro semanas atrás para explorar una salida política, pero aseguró que el mandatario venezolano solicitó amnistía global para él y más de cien familiares y funcionarios, una condición que Estados Unidos rechazó.

Fuente: NA, Clarín, France24, DW