
Cada vez se lee menos y la universidad siente el impacto en el aprendizaje
Actualidad14/12/2025
REDACCIÓN
La disminución del hábito lector entre estudiantes universitarios genera preocupación en docentes e investigadores, que advierten efectos directos sobre la comprensión y el aprendizaje. El fenómeno se inscribe en un contexto atravesado por el uso intensivo del celular, las redes sociales y nuevas tecnologías que alteran la forma de acceder a la información.


El economista Ismael Sanz, de la Universidad Complutense de Madrid, sintetizó la alerta en redes sociales al señalar que “los estudiantes leen menos, se distraen más y tienen dificultades para procesar textos largos o complejos”. Según explicó, la falta de lectura sostenida debilita la comprensión, el pensamiento crítico y la capacidad de análisis.
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En la misma línea, Ned Cabot, profesor de la Universidad George Mason, sostuvo en diálogo con Financial Times que el problema actual pasa por lograr que los jóvenes “lean, interpreten y analicen la información, ya sea por ocio, aprendizaje en el aula o cultura general”. Advirtió además que muchos estudiantes manejan datos sin poder explicar su origen ni evaluarlos.
Aunque la preocupación no es nueva, especialistas coinciden en que el escenario actual profundiza el problema. Los teléfonos inteligentes, las redes sociales y la inteligencia artificial intensifican la presión sobre la atención, generando lecturas fragmentadas y vínculos más breves con los contenidos.
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En la Patagonia, la tendencia también se observa en las universidades públicas. Soledad Vercellino, docente e investigadora en Viedma, rechazó una mirada derrotista y afirmó que “las formas de captar el mundo cambiaron y las instituciones educativas asumen hoy otro rol social”. Remarcó que la experiencia universitaria conserva un valor irremplazable.
Para Vercellino, el impacto tecnológico modifica la atención en todas las edades. “No es que los jóvenes ya no leen, leen de otra manera, con mensajes más cortos y sintéticos, y esa comprensión no es la que la universidad espera”, explicó, al describir una brecha entre prácticas cotidianas y exigencias académicas.
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Desde la Universidad Nacional del Comahue, la secretaria académica Noelia Soriano señaló que no existen estadísticas concluyentes sobre el efecto en el rendimiento, pero reconoció la preocupación. “Después de la pandemia, muchos estudiantes leen textos extensos desde el celular y promovemos también el contacto con el texto físico”, indicó.
Las universidades comenzaron a revisar estrategias de evaluación, alfabetización académica y uso de inteligencia artificial en el aula. El objetivo apunta a sostener la lectura profunda y el análisis teórico, sin desconocer las nuevas formas de leer que ya forman parte de la vida universitaria.



















