Un ex policía exonerado y la “caja” del fútbol: la seguridad, bajo sospecha
Actualidad16/12/2025
Sergio Bustos
Las "huellas" de Tapia en todos lados.
El negocio de la seguridad del fútbol argentino quedó bajo la lupa por el ascenso de Matías Ferreyra, un ex policía exonerado que, según una investigación periodística, hoy concentra el control de operativos en campeonatos y eventos. Su nombre empezó a repetirse en pasillos dirigenciales, en contrataciones y en el armado logístico de partidos.
En pocos años, Ferreyra habría consolidado una posición dominante en el rubro, con presencia en distintos torneos y un volumen de actividad que, siempre según los registros relevados en la pesquisa, lo ubica en el centro de un esquema con interrogantes.
El núcleo empresarial gira alrededor de EXCERCITUS SRL, señalada como la firma que concentra la facturación de múltiples servicios vinculados a la seguridad deportiva. El punto que encendió alertas es que la empresa presentaría irregularidades llamativas, entre ellas la falta de empleados declarados pese al movimiento que se le atribuye.
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Esa contradicción abre preguntas sobre cómo se presta el servicio y bajo qué modalidad se vincula el personal a los operativos. En un rubro donde la presencia de recursos humanos resulta determinante, ese vacío formal aparece como un dato difícil de explicar.
La investigación también plantea un interrogante patrimonial. Se menciona un contraste entre ingresos declarados y un nivel de vida alto, con referencias a propiedades en barrios privados como Nordelta, una diferencia que alimenta sospechas de ingresos no registrados.
El entramado no se limitaría a lo comercial. La pesquisa describe un mapa de relaciones políticas, sindicales y vínculos con el mundo barrabrava, que ubica a Ferreyra como un actor con poder real sobre la logística de acceso, permanencia y control en estadios.
En ese esquema aparece el nombre de Pablo Toviggino, dirigente de peso dentro del universo AFA y señalado como parte de la estructura cercana a Claudio “Chiqui” Tapia. La pregunta que sobrevuela es si existieron nexos que facilitaron el acceso a los principales contratos del sector.
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La seguridad resulta determinante para el funcionamiento de la Liga Profesional, la Copa Argentina y los eventos asociados a la Selección, entre otros. No se trata solo de vallados y controles: implica ingresos, acreditaciones, coordinación con fuerzas y manejo de tiempos.
Otro punto sensible del que habla la investigación es el vínculo con UTEDYC y la articulación con otras empresas privadas, que habría ampliado la influencia del esquema sobre diferentes segmentos del mercado.
A ese cuadro se suman menciones a barras bravas de clubes de Primera División, con presunto rol como herramienta de control dentro de los estadios, habilitando o restringiendo ingresos según conveniencia.
También se describe un circuito informal con policías y ex policías incorporados a una estructura propia. Según el informe, existiría un sistema de premios, viajes y designaciones ligados a operativos vinculados a AFA y CONMEBOL.
Por ahora, el caso se mueve en el terreno de las sospechas y los datos que aporta la investigación periodística. Pero el alcance del esquema y los indicios sobre opacidad administrativa podrían empujar revisiones internas y derivar en actuaciones administrativas o judiciales.
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