

Bolivia puso en marcha un esquema de vigilancia epidemiológica intensiva luego de detectarse los primeros casos sospechosos de influenza A (H3N2), variante K, un subtipo de alta transmisión que genera atención sanitaria en la región.


En Santa Cruz, el Servicio Departamental de Salud declaró alerta naranja tras investigar el fallecimiento de una mujer de 26 años que había regresado desde Japón.
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El director del área, Julio César Koca, explicó que “tenemos un caso sospechoso de una variante de la A (H3N2)”, aunque aclaró que el linaje específico aún no se confirmó.
La medida activó planes de contingencia, refuerzo de guardias médicas y mayor disponibilidad de insumos. También se intensificó la detección temprana y el seguimiento de personas con síntomas compatibles, en un contexto regional de controles ampliados.
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En Cochabamba, seis integrantes de una familia dieron positivo a influenza A (H3N2) tras volver de Estados Unidos. Permanecen aislados y bajo control clínico, mientras los laboratorios analizan si corresponde a la variante K. El responsable de Epidemiología, Rubén Castillo, señaló que solo uno de los casos cumple por ahora criterios de sospecha del linaje.
Las autoridades recordaron que este subtipo, conocido como “supergripe”, circuló recientemente en Europa y Estados Unidos y presenta mayor capacidad de contagio, aunque no mostró hasta ahora mayor letalidad. En ese marco, se reforzó el llamado a la vacunación y al cuidado ante síntomas respiratorios.


















