Aluar construirá una planta desalinizadora para reducir el consumo de agua del río Chubut

La ciudad de Puerto Madryn será el escenario de una transformación estructural en la gestión de sus recursos naturales tras el reciente anuncio de la empresa Aluar. La firma iniciará la construcción de una planta desalinizadora de agua de mar dentro de su complejo fabril, una iniciativa que busca desvincular parte de su operatividad de la red de agua dulce convencional. Este proyecto se integra en una estrategia de sostenibilidad que pretende aliviar la presión hídrica sobre el río Chubut, la principal fuente de abastecimiento para las poblaciones del valle y la costa rionegrina.

El sistema técnico elegido para este desarrollo se basa en la ósmosis inversa, un procedimiento que permite filtrar las sales y las impurezas del océano de manera eficiente. Esta tecnología, validada en diversos centros industriales alrededor del mundo, garantizará un flujo constante de agua apta tanto para las tareas de producción de aluminio como para el consumo de las personas que trabajan en la planta. La puesta en marcha de esta infraestructura representa un avance hacia la autonomía hídrica de la industria pesada en la región patagónica.

Para asegurar que el impacto sobre el Golfo Nuevo sea mínimo, la compañía formalizó un esquema de trabajo conjunto con científicos locales. El proyecto cuenta con el asesoramiento del CONICET CENPAT, organismo que lidera los estudios técnicos y ambientales desde las fases iniciales de planificación. Los investigadores del Centro Nacional Patagónico realizan relevamientos constantes sobre la biodiversidad marina y las condiciones oceanográficas para determinar el sitio óptimo de captación y el tratamiento de los residuos salinos.

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El rigor de estos análisis científicos resulta fundamental para que la ejecución de la obra sea compatible con la preservación del ecosistema costero. Los datos recolectados por el CONICET permiten comprender la dinámica de las especies locales y asegurar que la descarga de salmuera no altere el equilibrio del medio ambiente marino. Según los directivos de la firma, la información técnica es el pilar sobre el cual se asientan las acciones de mitigación y monitoreo que se aplicarán una vez que la planta comience a operar.

La responsabilidad técnica de la ingeniería y la posterior construcción de las instalaciones recae sobre Infa, la empresa de montajes y construcciones que forma parte del mismo grupo empresarial. Al utilizar recursos propios para la ejecución del diseño, la operadora asegura una integración total con la infraestructura ya existente en el puerto. El cronograma de trabajo estipula que la obra civil y el montaje de los equipos de filtrado se completen para que la planta entre en funciones a mediados de 2026.

El impacto de esta inversión se sentirá directamente en la red pública de Puerto Madryn, ya que la industria dejará de competir por los mismos caudales que utiliza la ciudadanía para su vida diaria. Al generar su propio recurso a partir del mar, la empresa libera una capacidad de transporte y tratamiento de agua dulce que podrá ser redirigida hacia el crecimiento urbano. Esta decisión fue bien recibida por los sectores vinculados a la planificación urbana, quienes ven en la desalinización una salida necesaria ante el escenario de escasez hídrica.

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La transición hacia tecnologías más amigables con el entorno forma parte de una tendencia global que la productora de aluminio decidió adoptar para mantener su competitividad internacional. La implementación de la desalinización no solo soluciona un problema de suministro, sino que también posiciona a la región como un polo de innovación en el uso de agua de mar para fines industriales. La colaboración entre el sector privado y el sistema científico nacional aparece como el modelo elegido para validar cada paso del proceso constructivo.

En términos de inversión, el despliegue de Infa en el terreno ya comenzó a visualizarse con las tareas preliminares de suelo. Se espera que durante el pico de la obra se generen puestos de trabajo especializados en hidráulica y sistemas de filtrado de alta presión. El compromiso de la firma con la comunidad local se manifiesta en la búsqueda de soluciones técnicas que no comprometan los recursos compartidos, priorizando la estabilidad de la cuenca del río Chubut para las futuras generaciones.

La planta desalinizadora marcará un precedente para otras industrias de la Patagonia que dependen de fuentes de agua dulce limitadas o en conflicto con el uso poblacional. Con el horizonte puesto en el invierno de 2026, los equipos técnicos trabajan contrarreloj para finalizar los detalles de una obra que promete cambiar la relación entre la industria y el mar. La armonía entre la actividad productiva y la conservación de la biodiversidad es, finalmente, el objetivo central de este plan estratégico que comienza a materializarse en la costa chubutense.