Bariloche aprobó reglas para motorhome y campers, con zonas de pernocte y multas

El Concejo Municipal de Bariloche aprobó por unanimidad una ordenanza que regula la permanencia de motorhome, campers y casillas rodantes dentro del ejido. La norma encuadra a estos rodados como “vehículos recreativos” y establece criterios concretos para su permanencia en la ciudad. El objetivo es ordenar dónde pueden ubicarse y qué conductas se consideran infracción.

La iniciativa la impulsó la concejal Samantha Echenique, del bloque Cambia Bariloche, y sumó cambios a partir de aportes de otros ediles antes de llegar al recinto. La aprobación se concretó en la última sesión del año y dejó un marco con definiciones operativas para el Ejecutivo. El texto apunta tanto al uso del espacio público como al control de residuos líquidos.

La autora de la ordenanza explicó el sentido de la norma con una frase que quedó explicitada en el debate. “El espíritu es regular la permanencia de estos vehículos”, sostuvo Echenique, y marcó que se busca evitar zonas grises en el control municipal. También afirmó: “exista un marco claro donde puedan permanecer, pernoctar, estacionarse y darle al Ejecutivo herramientas creando las infracciones necesarias cuando no se cumpla con lo requerido”.

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Uno de los puntos centrales de la ordenanza se vincula con el manejo de residuos, en especial la descarga de líquidos. La norma fija que la descarga de aguas grises y negras se realice en un espacio municipal específico, donde ya existe servicio para colectivos de larga distancia. Además, define el monto a pagar por esa descarga, con un esquema equivalente a 25 y 30 módulos fiscales, según el tipo de líquidos que se descarguen.

El texto también ordena conceptos que muchas veces se mezclan en la práctica y generan discusiones. La ordenanza diferencia estacionamiento, pernocte y acampe como situaciones distintas, con reglas propias para cada una. Estacionamiento se entiende como detención con motor apagado y sin despliegue de mobiliario; pernocte repite esa condición, pero en horario nocturno; acampe incluye el despliegue de mobiliario externo.

En la implementación, la norma asigna tareas concretas a la Subsecretaría de Transporte. El área deberá definir zonas habilitadas para el estacionamiento de casas rodantes, motorhomes, campers y similares, para ordenar la circulación y la permanencia dentro de Bariloche. La ordenanza también prevé que el municipio disponga información clara para quienes ingresan con este tipo de vehículos.

Otro apartado incorpora un procedimiento de empadronamiento al momento de ingreso al ejido municipal, orientado al control del vertido de aguas. La idea es que el municipio tenga herramientas para fiscalizar dónde y cómo se realizan las descargas, y que los visitantes sepan con anticipación qué está permitido. La ordenanza también exige medios para garantizar que los vehículos recreativos accedan a información pertinente sobre su permanencia en la ciudad.

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En materia de faltas, la norma suma una conducta al régimen de Tránsito como falta leve: “acampar o pernoctar, en vehículos recreativos; en lugares no autorizados o habilitados”. Con esa figura, el municipio incorpora una base normativa para intervenir cuando un motorhome o camper pasa la noche o se instala fuera de los espacios habilitados. La intención es ordenar la convivencia con vecinos y con el uso de espacios públicos.

Las sanciones más severas aparecen vinculadas a los vertidos. La ordenanza contempla multas de 100 a 500 módulos fiscales para quienes viertan aguas grises o negras en la vía pública o en lugares no habilitados, y fija 500 módulos fiscales cuando los desechos terminan en cursos de agua, como ríos o lagos. Además, sanciona el uso de equipos electrógenos en lugares no habilitados para acampe, con una multa de 100 módulos fiscales.

Con la ordenanza ya aprobada, el foco se traslada a la reglamentación y al trabajo territorial para marcar zonas permitidas, ordenar el empadronamiento e informar a quienes llegan con vehículos recreativos. La norma busca reducir conflictos y dar previsibilidad tanto a visitantes como a residentes. Al mismo tiempo, pone el eje en el impacto ambiental y en el control de residuos como punto sensible del turismo itinerante.