
El acampe en la playa de Las Grutas reaparece en temporada y suma tensión por convivencia
Turismo28/12/2025
Sergio Bustos
El acampe no autorizado en las playas de Las Grutas volvió a aparecer como un tema sensible en plena temporada de verano. La escena se repite cada año y genera roces que involucran a residentes, visitantes y áreas de control. En ese contexto, el jefe de guardavidas Mauro Scalesa expuso cómo se vive en la costa y qué factores empujan a parte de la gente a dormir en la playa.


Scalesa ubicó el eje en una realidad económica que se cruza con la temporada laboral. “Hay mucha gente que viene a trabajar “hacer la temporada” como lo decimos comunmente y lamentablemente no puede pagar un lugar. Los campings están bastante caros para esa gente que llega casi sin dinero, entonces optan por acampar en la playa”, señaló. En su mirada, el problema empieza con la falta de acceso a un alojamiento formal, pero luego se expande a la convivencia nocturna y el uso del espacio público.
El jefe de guardavidas remarcó que la discusión no se agota en dormir en la costa, algo que la normativa municipal no permite. Describió que, muchas veces, a la instalación en la arena se suma un conjunto de conductas que aumentan el conflicto. “Hay un combo ahí que es acampo, tomo y hago desmanes en la playa. Y eso no está bueno”, afirmó, con foco en episodios que alteran el descanso y la seguridad en las zonas de paradores.
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Al hablar de control y desalojo, Scalesa aclaró quién interviene en este momento. “La policía sí, ya se está encargando. Lo que pasa es que recién recibieron los refuerzos en estos días, y ahora sí se nota la presencia en la playa”, indicó. También describió recorridas habituales en horarios donde el problema se vuelve más visible, especialmente durante la madrugada y la primera mañana.
La postal que pinta el jefe de guardavidas se apoya en un horario específico y en lo que queda después de la noche. “El que quiera verlo personalmente puede bajar a la playa a las 7 de la mañana y se va a dar cuenta de lo que es convivir con la noche en la playa. La noche que ya no es noche porque el sol está arriba, pero todavía tenemos a la gente de la noche”, expresó. En esa descripción aparece el tramo donde la playa cambia de público y conviven quienes siguen de largo con quienes bajan temprano.
Scalesa también buscó correr el foco de la idea de que se trata solo de grupos adolescentes. En su relato, el rango etario es amplio y la dinámica se repite con perfiles distintos. “No son solamente adolescentes, hay gente de 40 y hasta de 50 años mezclados. Es la realidad, no solo de Las Grutas, sino de todas las playas”, sostuvo, al remarcar que el fenómeno no queda limitado a un punto puntual del mapa turístico.
La comparación con otros destinos apareció como parte de su explicación, para ubicar el tema en una lógica más extensa del turismo de costa. “Esto es una columna vertebral de todas las playas: la gente que duerme debajo de los paradores. En lugares como Gesell están teniendo un problema tremendo con esto”, dijo. Con esa referencia, señaló que la dinámica de pernoctar en sectores de paradores y bajadas se repite en distintos balnearios, con conflictos similares.
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En su cierre, el jefe de guardavidas puso el acento en el tipo de convivencia que queda expuesta cuando se mezclan grupos, horarios y consumo de alcohol. “No está mal convivir, pero si hay un poco de alcohol y una contestación mal, la situación se torna desfavorable para el turista y en realidad para todos. Acá no gana nadie”, planteó. La frase apunta a un riesgo concreto: discusiones que escalan y terminan afectando a quienes vacacionan y también a quienes trabajan en la playa.
Mientras se mantiene la prohibición municipal de acampar en la costa, el escenario vuelve a exigir presencia, control y mensajes claros hacia quienes llegan a pasar varios días en la villa. La temporada suma visitantes y, con ellos, crecen los usos simultáneos de la playa en horarios muy distintos. En ese marco, el planteo de Scalesa combina un diagnóstico social con una advertencia práctica sobre lo que ocurre cada madrugada y en la primera mañana.




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