Nueve meses después del fallo, vecinos denuncian que la rotonda de Choele Choel sigue peligrosa

A nueve meses de una sentencia judicial por la rotonda de Choele Choel, vecinos de la zona vuelven a advertir por el estado del cruce y por las condiciones de circulación. En un reclamo público, sostienen que el lugar “sigue siendo una trampa” y que, pese al paso del tiempo, no aparecen cambios que mejoren la seguridad vial.

Según ese planteo, el juez Grecca sostuvo en su momento que "no había peligro para la vida" en la rotonda. Los denunciantes cuestionan esa conclusión y afirman que el fallo dejó afuera el riesgo cotidiano que se vive en el sector, con tránsito constante y una obra que permanece inconclusa.

En el mismo mensaje, los vecinos señalan que el magistrado aceptó sin más el "plan de trabajo" presentado por Vialidad Nacional, con un plazo de 25 meses para completar la obra. La crítica no se limita al cronograma: también apunta a la falta de control sobre el cumplimiento y a la distancia entre lo prometido y lo que, dicen, se ve en el terreno.

Con el correr de estos nueve meses, el reclamo insiste en que la situación empeoró o, como mínimo, quedó igual. El texto sostiene que ocurrieron más de seis accidentes graves en ese período, y marca ese dato como un indicador de que el riesgo no se redujo. También plantea que la rotonda mantiene las mismas condiciones que ya generaban preocupación antes del fallo.

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El documento suma otro punto de conflicto: el estado de los caminos colectores. Los vecinos afirman que esas trazas quedan “destruidas” y que eso complica el tránsito diario, tanto para quienes circulan por la zona como para quienes viven cerca. En el mismo tramo describen un entorno con tierra y barro, con problemas que se repiten y se vuelven rutina.

El reclamo incorpora además un impacto que excede la circulación vial. Según expresan, las vibraciones y el abandono se reflejan en viviendas con rajaduras, un cuadro que atribuyen al movimiento constante y a la falta de soluciones de fondo. En esa lectura, la obra inconclusa no solo incomoda: también deja daños que se acumulan con el tiempo.

La crítica apunta de manera directa a lo que consideran una falta de respuesta concreta. De acuerdo con el texto difundido, en nueve meses solo se hizo “un cordón cuneta”, sin otras mejoras visibles en el lugar. Ese punto funciona como síntesis del malestar: la gente mide resultados en obra real y no en anuncios.

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Los vecinos también cuestionan el vínculo entre la sentencia y el accionar posterior del Estado. Plantean que, entre una resolución judicial que minimizó el riesgo y un organismo que no cumplió lo anunciado, se consolidó una situación de desgaste para las familias. En su mensaje, hablan de “desidia” y de una respuesta que no llega al ritmo que exige el problema.

Dentro de ese mismo reclamo aparece un eje sensible: las costas del proceso. El texto sostiene que el “único que ganó” fue el abogado de Vialidad, por el cobro de costas que califican como millonarias, mientras el problema de fondo sigue sin solución. En esa comparación buscan mostrar un contraste entre el costo del expediente y el estado del lugar.

El cierre del planteo vuelve a la idea central: la obra sigue sin terminarse y el peligro, dicen, permanece. Los vecinos se describen cansados y piden respuestas, obras y respeto para Choele Choel. El reclamo insiste en que la Justicia y el Estado no pueden mirar para otro lado cuando el riesgo se repite en la calle.