EL TURISMO Y SUS MITOS

Por Antonio Torrejón. "En el mundo no se debe seguir considerando al turismo, exclusivamente como u...

Actualidad18/01/2016 Actualidad
Por Antonio Torrejón.

"En el mundo no se debe seguir considerando al turismo, exclusivamente como un simple negocio, (de sol y playa, hospedaje, comida y agencias de viajes); ni menos con la síntesis “ridícula y pasada de época, de “turismo sin chimeneas…” ya que sus externalidades, y cualidades cubren la mayor parte de los consumos cotidianos del hombre, que son casi el 60% de lo que se multiplica en el “medio”, en que ocurre el hecho turístico, además de su contribución a la riqueza que se debe visualizar, como un instrumento de ayuda en la generación de trabajo y riqueza, contribuyendo en lo educativo-social-cultural, como aporte a la perdurabilidad, ambiental, y a mejorar el “Cambio Climático”.

“El hombre, así puede conocer y comprender a sus semejantes“. Estas palabras de quien fue presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, (1984), expresan claramente la concepción confesada del turismo que es habitual entre quienes se dedican a los comercios primarios y secundarios. Ya que quienes conviven con los beneficios del turismo: del sector, dicen que: es una herramienta de extraordinaria eficacia para alcanzar la mayor generación de trabajo, riquezas genuinas, la paz y el entendimiento entre los pueblos del mundo, etc.….. Como becario del Gobierno Español, en 1973, visité a Dr. Manuel Fraga Iribarne, en su Estudio de Madrid, junto a un par de estudiantes uruguayos, surgió la pregunta de la “Industria Turística”, y este estadista, que también registro su aporte grande al turismo –cerrando un ojo- contesto que la ayuda después de la Guerra (Plan Marshal) era esencialmente para la industria, de allí que en la necesidad de créditos blandos, nos disfrazamos de “industria”, pese a que no vivimos de transformar bienes, o haciendo stock, en turismo…agregando que conviene enfrentarse cuanto antes a los mitos, o preconceptos, que, a lo largo de los años, se han ido cultivando en esta materia, y nos perjudican, en malas asociaciones.

Se dice que el turismo es algo más que una mera realidad comercial. Lo paradójico, sin embargo, es que, siendo efectivamente cierto que el turismo se ha venido estudiando básicamente con instrumentos simples de análisis desde la oferta, también lo es que tales estudios carecen de un enfoque propiamente socio-económico, muchas veces homologables, por tanto, al que se utiliza para estudiar cualquier actividad productiva como asignación de recursos con vistas a recuperarlos con plusvalía a través del mercado. En el contexto de la ambigua terminología que se utiliza en la literatura especializada se emplea la expresión actividad turística en un doble sentido. Unas veces se alude con ella a lo que hacen los turistas. En otras se emplea la expresión para referirse a lo que hacen los que tratan de satisfacer sus necesidades o incluso a la política de fomento de las visitas turísticas en un determinado espacio de un país. ¿A qué se debe tal ambigüedad terminológica, apreciable en otras muchas expresiones?

En nuestra opinión, es uno de los costos que estamos pagando por no haber sometido a crítica la idea vulgar de turista y de turismo sobre la que se ha construido la noción en la que se apoyan los estudios del turismo. Creemos que, así como la sociología, la psicología o la geografía pueden aplicar sin problemas el concepto derivado de la noción vulgar para acercarse al fenómeno, no ocurre lo mismo con un análisis meramente financiero del turismo. En su lugar se ha impuesto el consenso alrededor de una concepción ortodoxa, no descartándose que, si seguimos investigando el turismo como hasta ahora, algún día nos veremos recompensados con el hallazgo de la noción multisectorial, universalmente, aceptada. Al parecer, mientras tanto, el análisis del turismo tendrá que seguir soportando serios inconvenientes debido a que los conceptos que se vienen manejando de turista y turismo no son totalmente operativos para la plena y coherente aplicación del análisis socioeconómico-cultural, ya aceptado. El concepto clásico de turista se basa en actitudes de conductas identificadas desde la óptica del espacio o lugar visitado.

El turista se concibe como un forastero, un huésped, un extraño, pero, además, como un extraño muy especial, privilegiado tanto por no ser un rival laboral o profesional o un peligro para la sociedad como por disponer de medios de pago con los que adquirir productos del lugar. Descartado, por una serie de razones, el interés por estudiar el turismo desde el punto de vista del espacio o lugar de procedencia, el énfasis se puso en estudiar la influencia y los efectos que los turistas pueden ejercer en la sociedad y el espacio visitados. Las posibilidades que este planteamiento ofrecen a los estudios sociológicos son realmente inmensas, como demuestra la bibliografía disponible. Sin embargo, cuando los límites entre la sociología y la economía se hicieron más nítidos, la utilización de la noción sociológica de turista desde la óptica del país de recepción se tradujo, en un insipiente análisis económico del turismo. - El Capital humano que puso o pone al servicio del turismo la cultura argentina, es de un valor superlativo.
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