EL VERDADERO PRECIO DEL GAS ES LA PREGUNTA

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Actualidad14 de mayo de 2018 Enrique Gil Ibarra
El Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne afirma que los países vecinos pagan tarifas de gas superiores a las que pagamos los argentinos. Si eso es cierto, el tema en verdad es cuál es el costo de la producción o el precio del gas que predomina en los países vecinos.

El Henry Hub Natural Gas Spot Price es el mercado libre en el que se cotiza el gas que se produce en los Estados Unidos. El último precio de ese mercado es de 2,75 dólares el MBTU (1Millon de Btu: Unidad térmica británica), en la semana terminada el 27 de abril pasado. Basados en el Informe Financiero del 2015 de YPF puede inferirse que el costo de producción del gas era en ese momento de 1,9 U$S/MBTU. Valores similares a los de Canadá.

Entonces la cuestión que debemos debatir no es el subsidio a los consumidores de gas sino quién debe pagar el subsidio a los productores de gas. Porque entre los 4,68 dólares el MBTU que quiere pagar el oficialismo (y que la oposición no discute) y los 2,60 – por ejemplo – que sería el costo más utilidad, hay una distancia enorme que, según el gobierno, es el incentivo necesario para que produzcan. Y si el costo más utilidad no les alcanza y necesitan un subsidio, entonces estamos discutiendo quién les paga el subsidio a los productores y no un subsidio al consumo.

Cada gobierno oculta las cosas de las que no quiere hablar. Una de ellas es todo lo que rodea la cuestión del gas y su costo. No se habla del costo ni de las reservas de gas -que podrían usarse ahora para no importar-. A los concesionarios les conviene la importación porque les “convierte” el gas en una commodity que no es. No se habla de “política energética”. Se debate sobre la tarifa y quién la paga.

La pregunta principal es: ¿cuál es el costo de producir gas en boca de pozo? Una sola vez se hizo la pregunta de cuánto cuesta el gas y el ministro Juan Aranguren se negó a responder. Sin saber el costo, la discusión es falsa, mentirosa y peligrosa.

En 2004 se celebraron contratos libres a 1,50 dólares el MBTU; y en un contrato de concesión de 2006 la empresa exigía un precio mínimo de 1,61. Actualizado por inflación norteamericana hoy esos costos no superarían los 2,16 dólares. ¿Por qué pagar 4,68?

El ministro Aranguren fijó un precio. Si el precio que ha decidido Aranguren es el que corresponde al costo de producir el gas más una utilidad razonable, no hay nada más que discutir acerca del precio. Y la discusión que cabe es determinar quién paga ese precio. Si lo paga quien lo usa, entonces es verdad que no hay más subsidios. Pero si el precio en realidad es muy superior al costo más una utilidad razonable, entonces el debate verdadero es acerca de cómo -y por qué- les pagamos un subsidio a los concesionarios. Y si no hay suficientes argumentos para subsidiarlos deberíamos terminar con el subsidio y pagar una tarifa que no sea más que el costo más una utilidad razonable.

El fundamento de Aranguren es que “importamos gas”. Entonces, el precio que hay que tomar es el del gas importado -que apenas es una parte del que producimos- y mucho menos del que realmente podríamos producir si le exigimos a los concesionarios que cumplan con la filosofía de las concesiones.

La soberanía energética empieza por tratar como concesionarios a los concesionarios, como usuarios a los consumidores y con la verdad a todos.

   

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