GIORDANO CONDENADO A TRES AÑOS DE PRISIÓN

Este miércoles, es por insolvencia fraudulenta. El peluquero se declaró culpable de ocultarle bienes a la justicia y pactó un juicio abreviado.

Actualidad15 de mayo de 2024Gladys VidelaGladys Videla
El-estilista-roberto-giordano
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Roberto Giordano fue condenado este miércoles a tres años de prisión tras aceptar su culpabilidad en un juicio abreviado por insolvencia fraudulenta, es decir, ocultar bienes intencionalmente para evitar que sean embargados por la justicia.

La sentencia fue dictada por el juez Jorge Alejandro Zabala. Cabe recordar que el peluquero ya tiene una condena previa de dos años por un caso similar, la cual está pendiente de confirmación por parte de la Corte Suprema de Justicia.

Según informó Infobae, la causa contra Giordano contaba con una abrumadora cantidad de pruebas. El expediente incluía documentos y testimonios que lo comprometían seriamente, obligándolo a declararse culpable para evitar una pena mayor.

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"Lo que hizo Giordano fue, básicamente, crear una serie de empresas falsas y sellos de goma que puso a nombre de conocidos suyos, en su mayoría empleados sin capacidad financiera. Empresas que en realidad él manejaba desde las sombras, usando testaferros.

El objetivo era esconder en esas sociedades fantasmas 17 bienes para evitar perderlos, ya que la AFIP lo estaba investigando y él lo sabía", explicó una fuente del fuero penal económico.

La reconstrucción judicial revela que, al verse acorralado por las requisas fiscales de la AFIP sobre su peluquería, operada bajo la sociedad ASPIL S.A., Giordano habría utilizado testaferros para crear empresas paralelas en las cuales él no aparecía formalmente, pero seguía dirigiendo en la práctica. A esas empresas, entre ellas Nilamar S.A., Big Brands S.A., Arimis S.R.L. y Unidor S.R.L., trasladó personal y bienes.

"Una vez hecho esto, la empresa que él reconocía como propia, ASPIL S.A., quedó vacía: sin empleados, sin bienes, sin absolutamente nada. Mientras tanto, seguía acumulando deudas, no pagaba impuestos ni cargas sociales. Si le hacían juicio, ya no tenía nada a su nombre, lo había pasado todo a las empresas truchas. Esa es la maniobra. Es una práctica común, pero él la llevó al extremo", afirmó una fuente cercana al caso.

Giordano, en su época de esplendor antes de ser perseguido por la justicia. Para entender el entramado que realizó Giordano, investigado durante más de seis años hasta llegar a este juicio abreviado, es útil revisar el procesamiento del 5 de junio de 2020, que detallaba el delito.

En total, fueron 17 los bienes que el peluquero transfirió de su empresa a las sociedades fantasmas manejadas por sus conocidos, a través de ventas a valores ínfimos o transferencias directas a personas sin solvencia económica. Luego, los desapoderaba de sus bienes, perjudicando sus patrimonios.

Cuando Giordano tuvo la oportunidad de defenderse en indagatoria, negó estas maniobras. Alegó que era un simple empleado y que las empresas falsas lo habían contratado sin que él tuviera ninguna responsabilidad: "Las presuntas evasiones fueron llevadas a cabo por sociedades de las cuales yo no tengo ninguna participación societaria".

"Debido a la inmensa cantidad de juicios laborales que tuve que afrontar y pagar, sumado a los bajos ingresos de la peluquería, decidí dejar de explotar los diversos salones y ofrecer mis servicios como asesor en marketing, profesor de peinado y cortes de cabello a diferentes empresas. Mi beneficio económico era por ese asesoramiento. A su vez, vendí a esas sociedades mi nombre (marca) para que promocionen sus comercios. Por eso no es extraño que en los tickets aparezca mi nombre", declaró Giordano ante el magistrado.

Tras un juicio abreviado, Roberto Giordano fue condenado a tres años de prisión por insolvencia fraudulenta. El juez no le creyó, ya que el expediente contenía una serie de pruebas que contradecían sus declaraciones.

El magistrado basó su hipótesis en estos elementos: "Sin perjuicio de que Roberto Leonardo Giordano no integraba formalmente las empresas Unidor, Arimis, Big Bands y Nilamar, era quien en los hechos dirigía y tomaba las decisiones inherentes al funcionamiento de aquellas, es decir, era el verdadero responsable de la explotación de la cadena de peluquerías, y los cargos directivos de tales empresas estaban ocupados formalmente por personas relacionadas con él".

   

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