MILEI SERÁ PADRINO DEL 7º HIJO VARÓN NACIDO EN RÍO GALLEGOS

El séptimo hijo de la familia Portillo, nació en Río Gallegos, y según la tradición del "Padrinazgo Presidencial", el mandatario asumirá el rol de padrino.

ActualidadEl sábadoREDACCIÓNREDACCIÓN
Séptimo Hijo Varón.
Noah Portillo, el séptimo hijo de la familia Portillo, nació en Río Gallegos.

Por primera vez desde que asumió el cargo, el presidente de Argentina, Javier Milei, será padrino de un séptimo hijo varón. El niño, llamado Noah Portillo, nació el pasado martes 10 de septiembre en el Hospital Regional de Río Gallegos, Santa Cruz.

La historia de la familia Portillo

Mirta Portillo, madre del recién nacido y oriunda de Misiones, se trasladó a Río Gallegos hace 20 años para mejorar la salud de su primer hijo, Adam, quien sufría de problemas respiratorios. Desde entonces, la familia ha crecido en la Patagonia. Adam, de 18 años, es el mayor de siete hermanos, seguido por Iván (16), Tiago (12), Aaron (10), Ezel (8), David (2) y ahora Noah, el séptimo y último hijo varón.

Portillo comentó en una entrevista radial que no esperaba tener todos varones, y entre risas mencionó: “Llegamos a siete buscando una hermanita, pero ya me di cuenta de que no estoy para una nena".

El Padrinazgo Presidencial: una tradición argentina

La ley 20.843, promulgada en 1974 y más conocida como la Ley de Padrinazgo Presidencial, establece que el presidente de la Nación será automáticamente el padrino del séptimo hijo varón de una familia. Este padrinazgo no solo es simbólico, sino que incluye el apoyo económico por parte del Estado para los estudios del ahijado hasta su formación universitaria, incluyendo libros, útiles y becas mensuales.

En el caso de Noah, el Hospital Regional de Río Gallegos ya inició los trámites para que el presidente Milei sea su padrino oficial, lo que fue confirmado por los funcionarios presentes durante el nacimiento, incluyendo el jefe de Gabinete de Santa Cruz, Daniel Álvarez, y la ministra Cecilia Borselli.

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Tradición y responsabilidad presidencial

Aunque los presidentes no suelen asistir personalmente a los bautismos de sus ahijados, la tradición ha sido respetada por todos los mandatarios desde 1983. En algunos casos, el presidente designa a un funcionario para representarlo en la ceremonia religiosa, sin que esto afecte los derechos y beneficios del ahijado. Además, según la ley, el presidente debe obsequiar una medalla de oro conmemorativa al ahijado.

   

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