TODAS LAS EMPRESAS PÚBLICAS DIERON SUPERÁVIT

La "motosierra" de Javier Milei redujo gastos y logró un resultado histórico en las empresas estatales, sin necesidad de privatizarlasdieron buen superavit.

Actualidad23/02/2025Sergio BustosSergio Bustos
Aerolineas Argentinas
Empresas argentinas con superavit.

Las empresas públicas de Argentina registraron en enero el mayor superávit operativo desde octubre de 2008. El ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei eliminó subsidios, recortó gastos y llevó a estas compañías a un saldo positivo de $140.009 millones.

El informe de la Fundación Libertad y Progreso, basado en datos del Ministerio de Economía y del INDEC, destaca que las empresas estatales lograron superávit en tres de los últimos cuatro meses. Esto contrasta con los 15 años anteriores, donde las mismas registraron un déficit ininterrumpido.

El último saldo positivo comparable se había registrado en octubre de 2008, cuando, ajustado por inflación, alcanzó los $163.066 millones. Desde entonces, la gestión del kirchnerismo y la posterior de Alberto Fernández incrementaron el déficit de manera sistemática.

El estudio revela que, en 2024, el déficit operativo de las empresas públicas fue de $3,21 billones, un 39,1% menos que en 2023. Es el menor registro desde 2019 y refleja la aceleración del ajuste fiscal implementado por Milei.

El análisis incluyó a las ocho empresas que fueron declaradas sujetas a privatización dentro de la Ley Bases: ENARSA, Intercargo, AYSA, Belgrano Cargas, SOFSE, Corredores Viales, Nucleoeléctrica Argentina y YCRT.

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El impacto del ajuste en Aerolíneas Argentinas también es notorio. La aerolínea cerró 2024 con superávit por primera vez en 16 años, en gran parte por la reducción de subsidios y el aumento en los costos de los pasajes.

El informe destaca que el récord de superávit es consecuencia de la drástica reducción del gasto público. Las transferencias a empresas estatales bajaron abruptamente, empujando a estas compañías a buscar equilibrio financiero sin asistencia del Tesoro.

La era kirchnerista: 15 años de déficit continuo.Desde 2009, el déficit de las empresas públicas se profundizó. Durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, las pérdidas operativas se triplicaron, pasando de $824.634 millones a $3,05 billones.

Con el gobierno de Mauricio Macri (2016-2019), el déficit se mantuvo estable, con un promedio anual de $3,36 billones. Sin embargo, el mayor desequilibrio llegó entre 2020 y 2023, con Alberto Fernández.

Durante la administración del Frente de Todos, las empresas públicas duplicaron sus pérdidas, alcanzando un récord de $5,86 billones en 2022, equivalente al 0,8% del PBI.

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La aceleración del déficit durante esos años estuvo impulsada por un fuerte aumento en el gasto y subsidios a sectores deficitarios como el transporte y la energía.

El informe de Libertad y Progreso destaca que el ajuste aplicado por Milei es el más rápido en la historia reciente. En apenas dos meses, logró revertir la tendencia negativa y alcanzar un superávit inédito.

"Si la tendencia continúa, en 2025 podría eliminarse por completo el déficit operativo de las empresas estatales, algo que no sucede desde 2011", señalaron los analistas.

La reducción del gasto público es una de las principales banderas del gobierno libertario. La eliminación de subsidios, el ajuste en contratos y la racionalización del personal explican gran parte del cambio.

Sin embargo, también existen críticas al modelo. La falta de inversión en infraestructura y la suba de tarifas en sectores regulados generan dudas sobre la sostenibilidad de este superávit a largo plazo.

Con el superávit como argumento, el gobierno refuerza su postura a favor de la privatización. El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que las empresas públicas deben ser vendidas para garantizar su eficiencia y evitar futuras pérdidas.

La oposición cuestiona la estrategia y advierte sobre los riesgos de entregar sectores estratégicos al capital privado sin regulaciones claras. Los gremios también alertan sobre el impacto en el empleo y las condiciones laborales.

A futuro, el desafío del gobierno será mantener el superávit sin comprometer la calidad de los servicios públicos ni generar mayor descontento social. La batalla por la privatización recién comienza.

   

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