Liberan a uno de los asesinos de Axel Blumberg y vuelve el dolor

Actualidad11/04/2025Sergio BustosSergio Bustos
asesinos blumberg
Cuatro de los condenados por el caso.

El país volvió a conmoverse tras conocerse la liberación de uno de los responsables del crimen de Axel Blumberg. Carlos Díaz, uno de los condenados por el secuestro y asesinato del joven, dejó la cárcel luego de 21 años. La decisión provocó una fuerte reacción social.

Axel Blumberg tenía 23 años. Estudiaba Ingeniería. Fue secuestrado el 17 de marzo de 2004 cuando llegaba a la casa de su pareja en la localidad bonaerense de Martínez. Su caso movilizó a miles de personas en todo el país.

Durante seis días, Axel permaneció en manos de una banda delictiva que exigió un rescate de 50.000 pesos. Esa cifra, en ese momento, equivalía a unos 17.000 dólares. Su familia intentó negociar, pero los delincuentes lo asesinaron con extrema violencia.

Le arrancaron uñas, lo quemaron con cigarrillos y lo torturaron. La saña de los captores generó indignación social. La noticia de su muerte provocó una movilización sin precedentes frente al Congreso Nacional. Más de 100.000 personas salieron a las calles.

Carlos Díaz tenía 17 años al momento del crimen. Recibió una condena por su participación directa. Compartió la causa con su hermano José Díaz, Martín “El Oso” Peralta, Sergio Miño, Mauro Maidana, Andrea Mercado, Vanesa Maldonado y Analía Flores.


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En total, fueron condenadas doce personas por el secuestro y asesinato de Axel. De ese grupo, solo cuatro permanecen en prisión. Entre ellos están Peralta y Miño, señalados como los principales líderes de la organización delictiva que operaba en zona norte.

La decisión de liberar a Carlos Díaz salió del Tribunal Oral en lo Federal N° 2 de San Martín. El juez Walter Venditti firmó el fallo que autoriza la salida del condenado. El documento indica que la liberación solo será efectiva si no hay otras causas pendientes.

Carlos Díaz cumplía su condena en la Unidad 19 del Servicio Penitenciario Federal. Esa unidad funciona en Ezeiza y es conocida como Colonia Penal. Hoy tiene 38 años. Su libertad reactivó el dolor de la familia Blumberg y de miles de argentinos.

Díaz no solo fue condenado por el crimen de Axel. También tuvo fallos en su contra por otros cinco secuestros extorsivos. Las víctimas de esos casos presentaron su oposición a la liberación. Argumentaron que los delitos fueron graves y dejaron secuelas irreparables.

El empresario Juan Carlos Blumberg, padre del joven asesinado, habló tras conocerse la noticia. Participó del programa “De Una Con Niembro” en Radio Colonia. Desde allí expresó su indignación y cuestionó el funcionamiento de la justicia.

“Se liberan asesinos. No solo lo mataron. Lo torturaron. Le arrancaron uñas. Lo quemaron con cigarrillos. No hay derecho”, denunció. Dijo que la liberación es injusta y representa una falta de respeto para las víctimas.

Blumberg también recordó una frase que Carlos Díaz dijo en el pasado ante el juez Cisneros. “Dijo que los secuestros eran un gran negocio. Nunca mostró arrepentimiento. Nunca pidió perdón. Nunca sintió culpa”, aseguró. Esa actitud reforzó su rechazo.


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El padre de Axel volvió a plantear la necesidad de modificar el Código Penal. Insistió con la aplicación de penas más duras. Pidió la eliminación de beneficios carcelarios para delitos graves. Aseguró que el sistema actual no protege a la sociedad.

“Es muy triste escuchar que estos individuos salgan. Las víctimas seguimos de duelo. No hay reparación posible. No hay paz. No hay justicia”, declaró. Su voz volvió a escucharse como en 2004, cuando se convirtió en símbolo de la lucha contra la impunidad.

El caso Blumberg generó una de las movilizaciones más grandes en la historia democrática argentina. Fue el 1° de abril de 2004. La gente llenó la Plaza del Congreso. Exigieron justicia, seguridad y reformas urgentes.

Esa presión social derivó en la aprobación de varias leyes. Fueron conocidas como las “leyes Blumberg”. Endurecieron penas, limitaron beneficios y fijaron nuevos criterios para la portación de armas. También elevaron el máximo de prisión a 50 años en casos complejos.

Entre las reformas más destacadas se incluyó la prisión efectiva por portación de armas sin necesidad de disparo. Se limitaron las salidas anticipadas para condenas perpetuas. Se aumentaron las penas para homicidios y violaciones seguidas de muerte.

La sociedad acompañó esas modificaciones con amplia mayoría. La clase política respaldó las reformas. Hubo consenso parlamentario. En ese contexto, Juan Carlos Blumberg se convirtió en figura pública y referente de víctimas.


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Hoy, con la liberación de Carlos Díaz, muchos sienten que todo ese esfuerzo se pierde. La indignación volvió a explotar. Las redes sociales se llenaron de mensajes de bronca y dolor. También aparecieron reclamos hacia el Poder Judicial.

La pregunta que muchos se hacen vuelve a ser la misma. ¿Se puede rehabilitar a una persona que participó en un crimen tan atroz? ¿Se puede confiar en quien nunca mostró arrepentimiento? ¿Qué lugar ocupa el dolor de las víctimas?

El fallo judicial reabre el debate. También expone una fractura entre la ley y la percepción social. Para muchos, la justicia mira para otro lado. Para otros, la ley necesita una revisión urgente.

Juan Carlos Blumberg no piensa abandonar su lucha. Dijo que seguirá pidiendo reformas. Aseguró que no dejará de hablar. “Esto no terminó. Esto recién empieza. Mi hijo no vuelve. Pero voy a pelear por otros”, expresó.

Axel Blumberg fue una víctima de la inseguridad. Su nombre quedó grabado en la memoria de una generación. Su historia sigue viva. Su rostro vuelve a aparecer cada vez que se discute sobre justicia.

La libertad de uno de sus asesinos es una nueva herida. Una herida que no cierra. Una herida que duele. Una herida que vuelve a abrirse. Y una sociedad que vuelve a preguntarse por el valor de la vida.

   

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