

Rada Tilly recibe a las ballenas Sei y se prepara para una nueva temporada de investigación
Turismo11/04/2025

Rada Tilly ya vive la llegada masiva de ballenas sei. El fenómeno ocurre cada otoño en el golfo San Jorge. Las primeras arribaron a fines de octubre y permanecerán hasta mayo.
Los especialistas estiman una población de alrededor de 2.800 ejemplares. Es la concentración más grande de la especie en Sudamérica. El comportamiento de estos animales asombra a científicos y turistas.
La especie Balaenoptera borealis es la tercera más grande del mundo. Solo la superan la ballena azul y el rorcual común. Es un animal ágil, rápido y difícil de observar.
La ballena sei está en peligro de extinción. Existen apenas 50.000 ejemplares en todo el planeta. La caza intensiva durante un siglo casi las hizo desaparecer.
Desde 2013 el Área Natural Protegida Punta Marqués registra su presencia. Los primeros avistajes despertaron el interés científico. Desde entonces, se impulsaron estudios sistemáticos en la región.
El epicentro de la temporada es Punta Marqués. La zona tiene características únicas de concentración. Los investigadores creen que la clave es la disponibilidad de alimento.
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El investigador Mariano Coscarella lo explica con claridad. “Se concentran en esta área por la abundancia de bogavantes”, sostiene. Se trata de un crustáceo clave en su dieta.
Durante abril y mayo se observa la mayor abundancia. Estos meses se posicionan como temporada alta. El futuro podría incluir avistajes embarcados con fines turísticos.
A pesar de su tamaño, la ballena sei es esquiva. Vive mar adentro y rara vez se acerca a la costa. Por eso los registros actuales tienen gran valor científico.
Estudiar a esta especie es un desafío. Su comportamiento, rutas migratorias y zonas de reproducción siguen en estudio. Cada dato nuevo aporta al conocimiento global.
El equipo de trabajo incluye a investigadores de la UNPSJB. También colaboran científicos del CONICET y estudiantes universitarios. La Municipalidad de Rada Tilly respalda el proyecto.
En 2023 colocaron rastreadores satelitales por primera vez. Fue un hito para la ciencia local. National Geographic financió esa campaña a través del programa Pristine Seas.
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Los resultados permitieron identificar patrones de permanencia. También dejaron interrogantes abiertos. Uno de ellos es el destino de las ballenas tras su paso por el golfo.
La hipótesis más firme apunta al sur de Brasil. Allí podrían estar las zonas de reproducción. El objetivo es confirmar esa teoría en esta temporada.
En 2025 esperan colocar 10 nuevos rastreadores. Algunos serán modelos ya probados. Otros incorporarán tecnologías más recientes.
Un especialista de NOAA se sumará a la campaña. Aportará experiencia en el uso de estos dispositivos. “Todo es experimental porque casi no hay estudios previos”, aclara Coscarella.
El seguimiento satelital es clave para conocer sus migraciones. Las ballenas sei recorren miles de kilómetros. Su comportamiento es todavía un misterio en muchas regiones.
Otro eje de estudio será la interacción con embarcaciones. Las aproximaciones pueden generar estrés o alteraciones. Esta línea de investigación definirá pautas para el turismo futuro.
El Ministerio de Turismo de Chubut financia este segmento del proyecto. La idea es generar guías claras para los operadores. Se prioriza el bienestar animal.
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La conservación va de la mano de la ciencia. Punta Marqués nació hace 39 años con ese espíritu. Primero protegió a los lobos marinos. Ahora amplía su horizonte con las ballenas.
Hoy el área cuenta con una franja marina protegida. El monitoreo incluye tierra, aire y mar. Se utilizan drones, censos aéreos y observación terrestre.
El laboratorio Genaris aporta análisis genéticos. La Fundación AZARA y la Universidad Maimónides colaboran con formación técnica. También se suma Pan American Energy como apoyo institucional.
Los investigadores buscan comprender más que movimientos. Estudian vínculos, alimentación, reproducción y amenazas. Cada hallazgo puede mejorar las estrategias de conservación.
Rada Tilly fortalece su identidad natural. El turismo de avistaje responsable aparece como una oportunidad. La comunidad local acompaña con entusiasmo.
La temporada de ballenas sei ya comenzó. El golfo San Jorge vuelve a convertirse en santuario. La ciencia, la naturaleza y la sociedad celebran este encuentro único.



