

Novarino justificó la prisión domiciliaria para el femicida de Ana Calfín
Policiales17/04/2025

El juez Jorge Novarino habló tras la fuga del femicida Miguel Alejandro Vargas Nehuen. El condenado por el crimen de Ana Calfín escapó el martes a la madrugada.
El detenido se encontraba bajo arresto domiciliario. Esa medida se mantenía desde hace más de un año. La Justicia no había revocado la modalidad de detención.
La fuga provocó indignación. Familiares, vecinos y organizaciones exigieron explicaciones. “El juez lo dejó escapar”, se escuchó en varias marchas.
Novarino se refirió al tema públicamente. Confirmó que sigue como magistrado en la causa. “Todavía resta la instancia de cesura de pena”, dijo.
El juez aclaró su rol. Sostuvo que no puede actuar de oficio. “Debo resolver sobre lo que se me pide de manera fundada”, explicó.
La polémica gira en torno a la decisión de mantener la prisión domiciliaria. El Ministerio Público Fiscal había pedido modificarla. Solicitó la conversión en prisión preventiva.
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La defensa se opuso a ese pedido. Señaló que Vargas Nehuen no había violado la medida. “Estuvo un año y medio sin incumplimientos”, argumentó.
Novarino evaluó ambas posturas. “Entendí que le asistía razón a la defensa”, expresó. La Fiscalía no aportó fundamentos suficientes para el cambio.
Esa falta de solidez dejó sin sustento la prisión preventiva. El juez solo puede avanzar con pedidos debidamente argumentados. “No puedo interpretar lo que las partes quieren decir”, explicó.
La ley exige que las medidas coercitivas se fundamenten. Novarino recordó que no puede anticiparse a los pedidos. Debe esperar las presentaciones formales.
“No era necesaria una gran fundamentación, pero sí señalar aspectos”, señaló. Aclaró que ni siquiera eso presentó la Fiscalía.
Vargas Nehuen escapó sin resistencia. Rompió el dispositivo de control domiciliario. Desde entonces se encuentra prófugo.
La policía busca su paradero. Se emitió una orden de captura nacional. Hay diez días para reactivar el proceso judicial.
Si no se logra su detención, el juicio podría anularse. El juez evitó hablar de ese escenario. Prefirió no anticipar consecuencias.
El femicidio de Ana Calfín conmovió a la comunidad. Vargas Nehuen ya recibió condena por el crimen. Faltaba completar la cesura de pena.
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Ese acto debía realizarse esta semana. Con la fuga, quedó suspendido. La causa quedó en pausa y en riesgo.
El juez aclaró su postura técnica. Evitó opiniones personales. “Solo puedo hablar sobre mi tarea procesal”, indicó.
Insistió en que la responsabilidad sobre las medidas es compartida. “Las partes deben fundamentar, yo solo resuelvo”, subrayó.
La fiscalía no presentó nuevos elementos. Tampoco citó antecedentes de riesgo de fuga. Eso limitó el accionar judicial.
En redes sociales se multiplicaron los reclamos. Muchos apuntaron directamente al magistrado. “La Justicia ampara a los femicidas”, denunciaron desde colectivos feministas.
Novarino no respondió a esos señalamientos. Solo ratificó el marco legal. Afirmó que actuó según las normas del proceso.
El femicida permanece en libertad. El operativo de búsqueda no arrojó resultados. El tiempo corre y crece la tensión social.
La familia de Ana Calfín reclama justicia. Cuestionan el criterio judicial. Exigen responsabilidades institucionales por la fuga.
La fuga reavivó el debate sobre arrestos domiciliarios. Muchas víctimas piden su eliminación en delitos graves. Los jueces aplican lo que autoriza el Código Penal.
La presión social crece. Algunos legisladores anunciaron proyectos para modificar la ley. Buscan impedir detenciones domiciliarias en casos de femicidio.
El sistema judicial enfrenta críticas. La sociedad exige medidas más firmes. El caso Vargas Nehuen expuso un punto débil.
Desde el Ministerio Público no emitieron declaraciones. Tampoco reconocieron errores en la fundamentación. Guardan silencio ante la polémica.
El juez volvió a referirse al procedimiento. “No puedo echarle mano yo”, repitió. Su frase marcó el tono técnico de su defensa.







