


El Gobierno de Chubut impulsa una estrategia ambiental que combina participación comunitaria y base científica. A través del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas, se realizaron talleres junto a IBIOMAR-CONICET y municipios costeros. Las actividades forman parte del plan de ordenamiento ambiental que busca optimizar el uso del espacio costero-marino.
Los talleres de diagnóstico se realizaron en Puerto Madryn, Camarones y Rada Tilly con participación multisectorial. El primero se concretó el 7 de abril en Puerto Madryn, el segundo en Camarones el 9 de abril y el tercero en Rada Tilly el 11. En cada uno de los encuentros se trabajó sobre problemáticas y oportunidades propias de las Unidades Costeras.
Los espacios de diálogo permitieron identificar usos, conflictos y valores ambientales desde una mirada colaborativa. Se aplicaron dinámicas participativas para mapear actividades económicas, aspectos socioculturales y necesidades específicas. La metodología favoreció la construcción de consensos entre actores institucionales y vecinos.
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La subsecretaria Nadia Bravo encabezó la representación del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas. Estuvo acompañada por técnicos de la cartera que conduce Diego Lapenna, junto a especialistas del CONICET y referentes municipales. El equipo relevó de forma sistemática las características propias de cada unidad costera.
Los resultados del diagnóstico servirán como insumo para el Plan de Ordenamiento Ambiental Costero-Marino de Chubut. Este plan está enmarcado dentro del proyecto BID AR-T1295-P010, que promueve un enfoque regional e inclusivo. Se busca armonizar la conservación ambiental con las necesidades productivas y turísticas.
Las Unidades Costeras abordadas incluyen sectores de Rawson, Madryn, Península Valdés, Camarones y Rada Tilly. Cada una posee rasgos geográficos, ecológicos y sociales distintos, lo que obliga a generar estrategias específicas. El abordaje territorial evita soluciones generales y fomenta políticas con base local.
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El trabajo del IBIOMAR-CONICET fue central para vincular datos científicos con el conocimiento territorial de las comunidades. La participación de investigadores permitió una mirada integrada sobre biodiversidad, ecosistemas marinos y presiones humanas. La interacción con referentes locales enriqueció el proceso.
Desde el Gobierno provincial se valoró especialmente el compromiso ciudadano en todas las instancias. “El ordenamiento requiere decisiones compartidas y conocimiento del territorio”, indicaron desde la organización técnica. La construcción de propuestas participativas fortalece la legitimidad del proceso.
Los talleres fueron diseñados para generar insumos útiles a corto, mediano y largo plazo. Se busca que los planes que surjan de estos encuentros tengan aplicabilidad concreta en políticas públicas. El siguiente paso será sistematizar los datos relevados y elaborar documentos base para la planificación.
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Las autoridades provinciales confirmaron que continuarán estos espacios en otros puntos del litoral chubutense. La intención es sumar miradas de nuevos actores vinculados al turismo, la pesca, la ciencia y las comunidades indígenas. Las decisiones ambientales, según explicaron, deben contemplar múltiples voces.







