

Bergoglio: algunos datos del trabajo del Papa argentino que marcó una época
Actualidad21/04/2025

El Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, falleció este domingo en Roma tras casi doce años de pontificado. Su figura, tanto dentro como fuera del ámbito religioso, se transformó en un símbolo de apertura, reforma y humildad en un contexto de profundos cambios para la Iglesia Católica. Su camino comenzó en el barrio de Flores, en la Ciudad de Buenos Aires, y lo llevó a convertirse en el primer Papa jesuita, latinoamericano y argentino de la historia.
Francisco había nacido el 17 de diciembre de 1936. Fue hijo de un trabajador ferroviario y una ama de casa de raíces italianas. Estudió en la ENET Nº27, de donde egresó como técnico químico. Su vocación religiosa llegó a los 21 años, cuando ingresó como novicio jesuita en el seminario de Villa Devoto.
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Su ordenación como sacerdote se realizó en 1969 y, ya en la década del 70, se convirtió en superior provincial de los jesuitas en Argentina. Fue designado obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992, obispo coadjutor en 1997, y finalmente asumió como arzobispo en 1998. En 2001, Juan Pablo II lo nombró cardenal.
Su elección como Sumo Pontífice ocurrió el 13 de marzo de 2013, tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI. Desde el primer momento, marcó su estilo: se negó a vivir en el Palacio Apostólico y eligió la residencia de Santa Marta; pidió que recen por él antes de bendecir desde el balcón de San Pedro y buscó una Iglesia cercana, más centrada en los pobres y menos en el poder institucional.
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A lo largo de su papado, impulsó reformas importantes dentro del Vaticano. Una de las más significativas fue la nueva Constitución apostólica Praedicate Evangelium, que reemplazó el antiguo ordenamiento de la Curia Romana y abrió espacios de poder a mujeres y laicos. También trabajó en la prevención de abusos, en la transparencia financiera y en una mayor apertura pastoral.
En sus viajes apostólicos –45 en total– llevó el mensaje de unidad y paz a países en conflicto y a regiones olvidadas por la geopolítica internacional. En sus discursos condenó la guerra, la pobreza estructural, el cambio climático y la marginación de los migrantes. Promovió el diálogo interreligioso como eje de su diplomacia espiritual.
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El Papa Francisco también dejó una marca en la vida cotidiana de los fieles. Con su estilo simple, su lenguaje directo y sus gestos espontáneos, se convirtió en una figura muy querida en todo el mundo. En Argentina, más allá de sus diferencias con gobiernos de distintos signos políticos, mantuvo un lazo profundo con el pueblo y con la Iglesia local.
En los últimos meses, su salud había comenzado a deteriorarse, aunque siguió al frente del pontificado con la misma determinación que lo caracterizó desde el inicio. Su muerte deja un legado de profundas transformaciones internas, y un llamado permanente a vivir la fe con compasión, humildad y compromiso con los demás.
Fuente: NA


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