


“La marea subió muy rápido y no pudimos salir”; así describió el hecho una de las personas que vivió el susto más grande de su estadía en San Antonio Oeste. El incidente ocurrió este miércoles a las 10:50 de la mañana y dejó como saldo un joven de 20 años hospitalizado por un cuadro de hipotermia, además de un automóvil dañado por el avance de la marea.


El hecho fue advertido por personal policial que patrullaba la costa. Desde el móvil divisaron un Fiat Siena color gris encajado en la zona de la ría, rodeado de agua y parcialmente cubierto por la creciente. El mar ya había ganado espacio y rodeado al vehículo casi por completo. La imagen era preocupante.
Los ocupantes del coche eran tres personas, todos oriundos de la localidad bonaerense de Merlo. Se trataba de una pareja de 46 y 44 años y un joven de 20, yerno del conductor. “Vinimos a conocer y nos agarró la marea, no sabíamos qué hacer”; relataron luego ante la policía.
Según su testimonio, la marea subió de forma repentina. Al advertir que el agua rodeaba el coche, intentaron retirarse por sus propios medios. Sin embargo, los neumáticos ya estaban enterrados y la corriente empezaba a avanzar sobre la carrocería. El auto no respondía y el agua seguía subiendo.
Los tres bajaron para intentar liberar el vehículo, empujarlo, buscar alguna solución. Pero la situación empeoró. El joven, visiblemente afectado por el frío extremo, se desvaneció en plena ría. Fue trasladado de urgencia por particulares hasta el hospital local. Presentaba signos claros de hipotermia.
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Los demás integrantes de la familia también fueron asistidos por personal de la Unidad Décima. No tenían lesiones visibles, pero mostraban signos de angustia, tensión y confusión. La escena fue dramática durante varios minutos. El agua ya tapaba más de medio auto.
Efectivos de la policía ayudaron en todo momento. Intentaron calmar a los afectados, coordinaron el traslado del joven y participaron de las maniobras para liberar el Fiat Siena. Finalmente, lograron sacar el vehículo del lugar antes de que quedara completamente cubierto.
“Estaba casi tapado; si esperábamos más, lo perdíamos”; reconoció después el conductor ante uno de los agentes. El susto fue grande y el riesgo fue real. El mar no da tiempo cuando sube así. Desde la fuerza destacaron la rápida intervención del personal que patrullaba.
El vehículo sufrió daños menores en el sistema eléctrico y en los interiores. El ingreso de agua salada provocó fallas y humedeció gran parte del habitáculo. A pesar del deterioro, lograron encenderlo y moverlo del barro. Quedará en observación mecánica en los próximos días.
El joven trasladado al hospital ingresó con una baja importante de temperatura corporal. Los médicos diagnosticaron hipotermia leve a moderada. Fue estabilizado y permanecía en observación durante la tarde. El parte médico indicó que evolucionaba sin complicaciones.
Los turistas afectados agradecieron la intervención policial y el apoyo del personal médico. Reconocieron que no conocían los horarios de marea y que no imaginaban que la situación pudiera volverse tan peligrosa en tan poco tiempo.
“Fue un error; no sabíamos lo que podía pasar. Creímos que era una caminata tranquila”; explicó la mujer, aún conmovida. La situación generó impacto también en otros turistas presentes en la zona, que observaron parte del rescate.
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Desde la Unidad Décima reiteraron la importancia de consultar los horarios de mareas antes de ingresar con vehículos en zonas costeras o rías. La información está disponible, pero muchas veces no se consulta. El desconocimiento puede terminar en tragedia.
“La marea puede subir sin aviso y tapar todo en minutos”; advirtió uno de los agentes que participó en la asistencia. La recomendación se hace extensiva a turistas y residentes. La precaución es clave en estos espacios naturales.
No es la primera vez que ocurre un hecho de estas características en San Antonio Oeste. En años anteriores también se registraron situaciones similares. Varios turistas quedaron encajados o atrapados por la marea. En algunos casos hubo que utilizar maquinaria para sacar vehículos.
El municipio estudia la posibilidad de reforzar la señalización en zonas sensibles. Se prevé instalar nuevos carteles de advertencia en accesos a la ría, y actualizar la información sobre mareas en puntos estratégicos de la ciudad.
También analizan desarrollar una campaña de prevención más intensa durante la temporada turística. “Hay que cuidar la vida de las personas, pero también evitar daños al medio ambiente”; indicaron desde una organización local que promueve el uso responsable del espacio costero.
El hecho reavivó el debate sobre las condiciones de seguridad para quienes circulan por sectores de la costa con vehículos particulares. No todos los caminos están habilitados. Algunos accesos pueden quedar intransitables en pocos minutos por acción del agua.
La familia de Merlo decidió regresar antes de lo previsto. El auto ya está fuera de peligro mecánico y el joven evoluciona bien. Volverán a Buenos Aires con un recuerdo difícil de olvidar. Lo que parecía una excursión familiar terminó en angustia y asistencia de emergencia.
Desde la comunidad local también expresaron su preocupación. Varios vecinos compartieron en redes la necesidad de educar mejor a los visitantes y colocar advertencias visibles. “Es la segunda vez que pasa este mes”; escribió una usuaria.
El turismo en San Antonio Oeste creció en los últimos años, pero con él también crecieron los incidentes por desconocimiento del entorno natural. Las autoridades insisten en que la clave está en la prevención y en el respeto de las condiciones del ambiente.
La marea no da avisos. Cuando sube, todo lo que queda en su paso se inunda o se pierde. Conocer los horarios, respetar los límites y pedir asistencia a tiempo pueden salvar vidas.







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