

La Inteligencia Artificial acelera la demanda eléctrica: ¿Cuál es el rol de Argentina?
Actualidad22/04/2025

La creciente expansión de la Inteligencia Artificial (IA) está provocando lo que algunos expertos denominan una “sequía eléctrica” global: un desajuste entre el aumento vertiginoso de la demanda de energía y la limitada capacidad de las infraestructuras actuales. En ese contexto, Argentina podría transformarse en un actor clave si logra aprovechar de forma estratégica los recursos de Vaca Muerta.
El exsecretario de Energía y expresidente de YPF, Daniel Montamat, planteó que el país debe encontrar nuevas demandas para el gas de esa formación no convencional, no solo en el mercado interno sino también en la región y el mundo. Una de las propuestas más inmediatas es utilizar el gas neuquino para alimentar plantas generadoras de electricidad que acompañen el desarrollo de centros de datos vinculados a la IA.
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Montamat recordó que una búsqueda en ChatGPT, por ejemplo, consume diez veces más electricidad que una consulta en Google. Esta diferencia evidencia el impacto que las nuevas tecnologías tienen sobre los sistemas eléctricos tradicionales, muchos de ellos anticuados y ya saturados, especialmente en Europa y Estados Unidos. En esos mercados, gran parte de las redes de transporte eléctrico tienen entre 40 y 50 años.
En este contexto, la propuesta argentina consiste en generar energía localmente con gas de Vaca Muerta como insumo inmediato, para luego, en el mediano plazo, sumar generación nuclear mediante pequeños reactores modulares (SMR), una tecnología que ya cuenta con desarrollo local a través del INVAP.
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Aunque el proyecto nuclear podría demorar al menos una década, el gas está disponible hoy. La explotación intensiva de este recurso permitiría no solo satisfacer las nuevas demandas eléctricas, sino también posicionar a la Argentina en la economía tecnológica del futuro. Según Montamat, a fines de esta década Vaca Muerta podría estar generando hasta 60 millones de metros cúbicos de gas por día asociado a la producción petrolera, un volumen más que suficiente para abastecer nuevos polos tecnológicos.
Pero más allá de las oportunidades internas, la Argentina no debe perder de vista los cambios en el tablero global del gas. La guerra en Ucrania había desplazado al gas ruso del mercado europeo, generando una mayor demanda de GNL de países como Estados Unidos o Qatar. Sin embargo, si Europa reabre las válvulas al gas ruso —por una cuestión de costos—, los precios del GNL caerán, afectando las proyecciones de exportación para otros productores.
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En este escenario, Montamat insiste en que el país debe profundizar el desarrollo de su mercado energético interno, con una mirada a largo plazo que combine las ventajas actuales del gas con el potencial futuro de la energía nuclear.
La pregunta que queda en el aire es si Argentina podrá atraer a inversores dispuestos a apostar por este plan. “Está el RIGI y ya no está el cepo cambiario”, recordó Montamat, en alusión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones y a las recientes medidas económicas del Gobierno. Ahora, el desafío es convencer a empresarios locales e internacionales de que el momento para invertir es ahora.
Fuente: Clarín






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