


Empresarios del gigante asiático llegan a Buenos Aires con una hoja de ruta cargada y objetivos concretos.


Quince ejecutivos y funcionarios chinos pisan suelo argentino con una consigna clara: hacer negocios. La misión comercial se instala en Buenos Aires con un foco concreto: infraestructura, energía, transporte, alimentos y tecnología.
La visita ocurre en medio de una tensión global y un reacomodamiento financiero. Días atrás, Estados Unidos respaldó al presidente Milei y China renovó un tramo de 5.000 millones de dólares del swap con el Banco Central.
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Las empresas chinas traen peso y ambición. Entre ellas figuran Sinograin, PowerChina, CRCC, Hisense, ZTE, ICBC y Bank of China. Varias ya operan en el país, otras buscan ampliar su influencia y cerrar nuevos contratos.
La agenda incluye reuniones bilaterales, encuentros con bancos, firmas legales, laboratorios y operadores logísticos. También se prepara un cocktail con empresarios argentinos. La coordinación está a cargo del Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional y la Cámara Internacional de Comercio China.
Ren Hongbin lidera la misión. El funcionario encabeza la representación del Partido Comunista Chino. Uno de los objetivos será renovar el memorando de cooperación bilateral de 2016.
La presión comercial de EE.UU. con aranceles del 145% empuja a China a diversificar alianzas. América Latina aparece como terreno fértil, y Argentina se ubica en el centro del tablero.
Los números ya marcan tendencia. En el primer trimestre del año, China aportó el 24,7% de las importaciones argentinas. Superó a Brasil (24%) y triplicó a EE.UU. (8,7%).
El Gobierno apuesta por la entrada de dólares frescos. La misión china promete acuerdos, financiamiento y obras con sello asiático.
Fuente: BAE









