

Hallan en Costa Rica los restos de barcos esclavistas daneses del siglo XVIII
Actualidad05/05/2025

Un hallazgo arqueológico cambió la historia de Costa Rica. Los restos de dos barcos, considerados por años navíos piratas, fueron identificados como embarcaciones danesas del comercio esclavista.
Los naufragios se encuentran frente al Parque Nacional Cahuita. Están en aguas poco profundas y fueron conocidos por pescadores desde 1826.
Durante décadas se creyó que eran barcos piratas. Los restos dispersos y rotos llevaron a suponer una batalla en el mar Caribe.
Todo cambió en 2015. Un equipo de arqueólogos marinos halló ladrillos amarillos en uno de los barcos. Ese detalle encendió la alarma.
Los ladrillos provenían de Flensburg, en Alemania. Eran exclusivos de Dinamarca y sus colonias entre los siglos XVIII y XIX. No se usaban en otros países europeos.
Investigadores daneses comenzaron a seguir pistas. Documentos históricos mencionaban el naufragio de dos barcos esclavistas en 1710. La ubicación exacta era desconocida.
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Se trataba del Fridericus Quartus y del Christianus Quintus. Uno se incendió y el otro fue arrastrado al perder el ancla. Ambos desaparecieron frente a América Central.
El Museo Nacional de Dinamarca y el Museo de Barcos Vikingos encabezaron la excavación. Participaron arqueólogos marinos y expertos en madera y cerámica.
Se recolectaron muestras de madera, ladrillos y pipas. Los análisis demostraron el origen danés de cada elemento. También confirmaron la fecha de construcción de los barcos.
La madera era roble del mar Báltico occidental. Provenía de Dinamarca, Alemania o Suecia. Los anillos indicaron que el árbol fue talado entre 1690 y 1695.
Los ladrillos coincidían en tamaño y arcilla con los fabricados en Egernsund e Iller Strand. Ambos lugares fueron centros ladrilleros clave del siglo XVIII.
Las pipas también eran danesas. Su diseño y arcilla coincidían con las fabricadas antes de 1710. El conjunto confirmó la teoría histórica.
“No tenemos dudas: estos son los barcos daneses”, dijo David Gregory. El arqueólogo lideró las excavaciones y dirige el nuevo centro marítimo Njord.
Uno de los barcos tenía madera carbonizada. Estaba cubierta de hollín. Esa evidencia coincidía con los relatos sobre el incendio del Fridericus Quartus.
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El descubrimiento cerró una búsqueda de décadas. Gregory y Andreas Kallmeyer Bloch lideraron el trabajo de campo. Ambos reconocieron el valor humano del hallazgo.
Bloch se mostró conmovido. “Estuve a punto de rendirme, pero este fue el naufragio más dramático que investigué”, expresó.
El viaje desde Copenhague a África y luego a Cahuita estuvo lleno de tragedias. Rebeliones, errores de navegación y motines marcaron el derrotero.
Una revuelta a bordo del Fridericus Quartus cambió el rumbo. La nave iba desde Ghana hacia la colonia holandesa de St. Thomas.
El miedo a piratas y nativos desató tensiones. Hubo discusiones entre capitanes y rebelión de marinos y esclavizados. El caos fue total.
Más de 600 personas esclavizadas quedaron en la costa. Ocurrió el 2 de marzo de 1710. El lugar era la actual Cahuita, en la provincia de Limón.
La historia oficial no registraba ese hecho. Este descubrimiento adelantó en un siglo la presencia afrodescendiente en la zona.
La comunidad local fue parte del proceso. Jóvenes buceadores afrodescendientes e indígenas integraron el equipo. Buscaron sus raíces y encontraron respuestas.
María Suárez Toro fundó Embajadores del Mar. Coordinó el trabajo con la comunidad. “Este hallazgo cambia la historia de la región”, afirmó.
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Celia Ortíz, de Cartago, se emocionó con la noticia. Su madre, de 103 años, descendía de un hombre esclavizado que bajó de uno de esos barcos.
“Encontrar nuestras raíces trajo nueva luz a nuestras vidas”, dijo. El testimonio muestra el impacto emocional y cultural del descubrimiento.
El caso apareció en la serie documental Enslaved, conducida por Samuel L. Jackson. Expone la historia global del comercio esclavista.
La memoria afrocostarricense se amplía y se fortalece. El hallazgo permite reconocer una herencia negada durante siglos. La historia vuelve a escribirse con justicia.







