

Un estudio de ADN revela que la mayoría de los antiguos europeos tenía piel oscura
Actualidad13/05/2025

Un nuevo análisis de ADN desafía las ideas establecidas sobre los primeros europeos. El estudio fue realizado por un equipo internacional liderado por la Universidad de Ferrara.


Los investigadores analizaron 348 muestras de ADN antiguo. Cubren un período entre hace 45.000 y 1.700 años. El estudio aún está en revisión por pares.
Los resultados indican que la piel oscura fue dominante hasta la Edad del Hierro. Esa etapa comenzó hace unos 3.000 años. La piel clara se volvió común mucho más tarde de lo que se pensaba.
Durante el Paleolítico, casi todos los individuos tenían piel y cabello oscuros. Los ojos marrones también eran la norma. Las primeras variantes genéticas de piel clara eran minoritarias.
Hace 14.000 años aparecen los primeros genes de piel clara. Sin embargo, su presencia fue escasa. El cambio no fue rápido ni uniforme.
Durante el Mesolítico, surgieron ojos azules en algunas poblaciones. Pero la piel oscura seguía siendo predominante. La diversidad genética aumentó en ciertas regiones del norte.
El Neolítico trajo cambios importantes con la llegada de la agricultura. Migraciones desde el Cercano Oriente modificaron la composición genética europea. Aun así, la piel clara seguía siendo minoritaria.
OTRAS NOTICIAS
Los investigadores encontraron escasa prevalencia de piel clara durante el Neolítico. La agricultura reemplazó a la caza, pero no modificó de inmediato la pigmentación.
La transición se aceleró en la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. Nuevas poblaciones llegaron a Europa. La mezcla genética fue determinante.
El color de piel no dependió solo del clima. La dieta también influyó en la evolución de la pigmentación. Este factor había sido subestimado en estudios anteriores.
El consumo de alimentos ricos en vitamina D redujo la presión evolutiva. La piel oscura no representaba una desventaja para los cazadores-recolectores. Su alimentación compensaba la baja exposición solar.
La agricultura cambió la dieta de forma drástica. El consumo de carne y pescado disminuyó. Eso generó nuevas necesidades biológicas.
La piel clara se volvió ventajosa al reducirse la vitamina D en la dieta. Este cambio coincidió con una mayor extensión de la pigmentación clara.
Otro hallazgo notable es la aparición temprana de ojos claros. En el Mesolítico ya existían individuos con ojos azules y piel oscura.
Los ojos claros podrían haberse originado por selección sexual. O por deriva genética sin valor adaptativo. A diferencia de la piel, su evolución fue más aleatoria.
OTRAS NOTICIAS
La diversidad pigmentaria fue la norma durante milenios. Europa era un mosaico de tonalidades de piel, cabello y ojos. Los modelos simplistas quedaron atrás.
El estudio revela que la evolución fue desigual según la región. Algunas zonas mostraron tonos claros antes. Otras conservaron la piel oscura hasta tiempos recientes.
La pigmentación cambió por múltiples factores: genética, migración, dieta y clima. No existió una única causa ni un proceso lineal.
Este trabajo invita a repensar las representaciones históricas. Los antiguos europeos no eran mayoritariamente de piel clara. Esa imagen se construyó sin respaldo genético.
La investigación aporta una narrativa más rica y diversa sobre el pasado. Las diferencias en la apariencia reflejan la mezcla constante de poblaciones.
Los autores destacan que la historia humana es compleja y cambiante. No puede entenderse sin analizar datos genéticos, arqueológicos y culturales.
El artículo fue publicado en bioRxiv. Todavía no fue revisado por pares, pero sus conclusiones ya generan debate en la comunidad científica.
Este descubrimiento puede modificar la enseñanza de la prehistoria europea. También desafía nociones modernas sobre identidad y herencia.
El color de piel no fue un rasgo estable en la historia humana. Cambió en respuesta a múltiples presiones, no solo a la luz solar.
Los resultados refuerzan la idea de que la apariencia no define la pertenencia. La diversidad existió siempre. La homogeneidad es una construcción reciente.
La ciencia permite revisar viejas certezas. El ADN antiguo revela lo que los mitos y los prejuicios ocultaron durante siglos.









