


La eliminación de aranceles a la importación de productos electrónicos volvió a encender el conflicto entre el Gobierno Nacional y Tierra del Fuego. El cruce se hizo público en redes sociales y dejó al descubierto la tensión política y económica que atraviesa al país.


El gobernador Gustavo Melella expresó su "profunda preocupación" por la reciente medida. Según el mandatario, la decisión representa “un golpe muy duro para la industria fueguina”, una de las más importantes del sur argentino.
La respuesta del vocero presidencial Manuel Adorni no tardó en llegar y elevó el tono del enfrentamiento. En su cuenta de X (ex Twitter), escribió: "Al kirchnerismo se le terminan los privilegios y por eso están nerviosos. No hay nada que temer. Señores, la libertad avanza. Fin."
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La confrontación visibiliza el nuevo enfoque del Ejecutivo nacional frente a los regímenes de promoción industrial. Tierra del Fuego se mantiene como una de las provincias más dependientes del proteccionismo, con miles de empleos vinculados a la producción de electrodomésticos y tecnología.
Fuentes del Ejecutivo fueguino señalaron que la quita de aranceles pone en riesgo la estabilidad laboral y económica de la región. También remarcaron la necesidad de políticas que protejan la industria nacional frente a una apertura sin escalas.
Desde la Casa Rosada defienden la medida como una corrección necesaria. Según Adorni y otros funcionarios, la industria local se beneficia de privilegios que distorsionan los precios y perjudican a los consumidores.
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El episodio confirma una línea discursiva clara por parte del Gobierno Nacional. Las respuestas cortantes y la apelación al concepto de "libertad económica" marcan una postura de choque frente a sectores provinciales alineados con el peronismo.
La industria fueguina queda en el centro del debate. El futuro del régimen especial, los empleos y la competitividad entraron en una nueva fase de incertidumbre y confrontación política.
Fuente: U24











