


En el segundo piso del hospital de Puerto Madryn funciona una escuela que, lejos del bullicio de los recreos y las aulas llenas, se construye en silencio, empatía y compromiso. Se trata de la Escuela Hospitalaria y Domiciliaria N.º 305, que este año celebra 35 años de trabajo ininterrumpido al servicio de la educación en contextos de enfermedad.


Para conocer más sobre esta modalidad tan particular, el programa #MODO17 por #LA17 conversó con Silvia Cruz, vicedirectora de la institución. “La escuela funciona desde 1990, y cada año acompañamos a estudiantes de todos los niveles: inicial, primario y secundario”, explicó. Actualmente, atienden entre 40 y 50 alumnos, aunque la matrícula varía en función de las indicaciones médicas.
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La escuela combina dos modalidades de trabajo: una docente brinda clases en el área de pediatría dentro del hospital, mientras que otro grupo de docentes visita a los estudiantes en sus hogares, garantizando la continuidad pedagógica en coordinación con las escuelas de origen. “Ingresamos al hogar de familias que están atravesando situaciones difíciles. El vínculo que se genera es muy especial”, remarcó Cruz.
El equipo se maneja con tres espacios dentro del hospital: un aula para los estudiantes que pueden movilizarse, una sala para maestros y la dirección. “No tenemos un espacio propio para realizar actos o actividades comunitarias. Para este aniversario, por ejemplo, las escuelas 526 y 520 nos prestaron sus instalaciones”, señaló.
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A pesar de las limitaciones, la escuela garantiza una formación integral, incluyendo materias como música, plástica, educación física y artes visuales. Además, este año se ha registrado un aumento notable de solicitudes, especialmente en el nivel secundario, que ya cuenta con lista de espera.
El ingreso a la modalidad requiere que las familias presenten un certificado médico en la escuela de origen, desde donde se contactan con el equipo hospitalario. A partir de allí se elabora un plan de trabajo conjunto que contempla los contenidos curriculares y las particularidades de cada estudiante.
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La Escuela 305 es una de las pocas en su tipo en la provincia. “El motor de todo esto es el compromiso docente. Es una tarea que requiere vocación, sensibilidad y capacidad de adaptación constante”, expresó la vicedirectora, destacando que el trabajo diario no se desarrolla en un marco escolar tradicional, pero sí con el mismo nivel de exigencia profesional.









