


Con el frío ya asomando y la primera nieve cayendo sobre la Patagonia, las familias argentinas empiezan a organizar sus vacaciones de invierno. A solo un mes del inicio oficial de la estación, previsto para el sábado 21 de junio, provincias de todo el país activan promociones, reservas y actividades para atraer visitantes. El invierno argentino se consolida como una temporada ideal para combinar descanso, gastronomía y aventura.


Desde los clásicos centros de esquí hasta destinos templados para quienes evitan el frío, la oferta turística nacional es tan variada como los paisajes que la componen. Los primeros copos ya tiñeron de blanco sectores clave del sur y de Cuyo, generando las condiciones óptimas para una temporada alta que se espera con optimismo.
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Puerto Madryn se convierte en protagonista del turismo de naturaleza entre junio y octubre. La llegada de las ballenas francas australes marca el inicio del avistaje, que junto con la visita a Península Valdés y a áreas protegidas, ofrecen una alternativa al turismo de nieve, ideal para las familias amantes de la vida silvestre.
Bariloche sigue siendo el emblema invernal por excelencia. Su fusión entre deporte, naturaleza y confort la convierte en un lugar predilecto para quienes buscan deslizarse por el Cerro Catedral o relajarse con chocolate caliente tras una jornada de paseos por el Circuito Chico. La ciudad, además, ofrece alojamientos y actividades para todas las edades.
Más al sur, Ushuaia garantiza nieve hasta bien entrada la primavera. El Cerro Castor, con pistas de nivel internacional, se complementa con excursiones por el Canal Beagle, caminatas en bosques nevados y un fuerte componente histórico-cultural gracias al mítico Tren del Fin del Mundo.
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San Martín de los Andes y Villa La Angostura ofrecen una versión más tranquila del turismo patagónico. La Ruta de los Siete Lagos une estos dos destinos con vistas que cortan el aliento. El esquí en Chapelco y el alojamiento en cabañas familiares hacen de este circuito una propuesta acogedora para quienes buscan naturaleza con servicios.
En Mendoza, Las Leñas y Los Penitentes concentran el turismo blanco, pero las termas de Cacheuta suman un atractivo relajante a la experiencia invernal. El turismo cordillerano se adapta a los más aventureros y a quienes prefieren recorridos guiados entre paisajes montañosos.
Para quienes eligen el calor, el noreste argentino también brilla. Las Cataratas del Iguazú en invierno presentan menos humedad, una temperatura más soportable y senderos seguros para las familias. La visita a la Garganta del Diablo, libre de multitudes, se vuelve aún más imponente.
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El norte argentino también cobra protagonismo en esta estación. Salta y Jujuy invitan a recorrer paisajes multicolores, a disfrutar de climas más cálidos durante el día y a sumergirse en la cultura local. Desde el Tren a las Nubes hasta la Quebrada de Humahuaca, cada rincón es una lección de historia y geografía viviente.
La diversidad de paisajes y propuestas convierte al invierno en un momento ideal para descubrir (o redescubrir) la riqueza turística del país. Ya sea que se elija el abrigo de las sierras, la aventura en la nieve, el contacto con la fauna marina o la selva misionera, hay una experiencia pensada para cada tipo de viajero.
Las reservas ya comenzaron a crecer y se esperan niveles de ocupación similares o superiores a los del año pasado. Promociones provinciales, beneficios para grupos familiares y planes de financiación refuerzan el atractivo de viajar dentro del país.











