

Más de 30 argentinos por día reciben un diagnóstico de cáncer de la sangre
Actualidad27/05/2025

Este miércoles se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Sangre, con foco en diagnóstico precoz y equidad. En Argentina se detectan más de 12.300 casos al año entre leucemias, linfomas y mielomas. Las cifras reflejan una urgencia sanitaria que muchas veces avanza en silencio.


Las enfermedades oncohematológicas afectan células sanguíneas y no generan tumores sólidos, lo que dificulta su detección. Estos cánceres pueden comprometer funciones vitales antes de ser diagnosticados. El acceso tardío al tratamiento muchas veces marca la diferencia entre la vida y la muerte.
Organizaciones como ALMA, FAM y ACLA integran la Alianza Cáncer de Sangre Argentina (ACSA) y trabajan en visibilizar la problemática. Desde la alianza buscan promover el conocimiento sobre los síntomas iniciales y el fortalecimiento de los sistemas de derivación médica. La meta es clara: más diagnósticos oportunos y menos demoras estructurales.
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Síntomas como fiebre persistente, sudoración nocturna, infecciones que no ceden o hematomas sin golpes deben generar alerta. En el caso del mieloma múltiple, las consultas reiteradas por dolores óseos sin causa pueden ser decisivas. “Es clave pensar en mieloma cuando hay lesiones óseas sin traumatismo o anemia sin causa clara”, explicó Mariana Auad de FAM.
Los linfomas, que afectan el sistema linfático, también pueden manifestarse de forma sutil. Hay más de 70 subtipos, siendo los no Hodgkin los más frecuentes. “Fiebre, picazón, sudoración nocturna y ganglios indoloros aumentados deben llevarnos a consultar”, sostuvo Haydeé González de ACLA.
Las leucemias pueden aparecer en cualquier momento de la vida, con picos en adultos mayores y en la infancia. Pueden presentar síntomas inespecíficos como fatiga, fiebre que no baja, infecciones resistentes y pérdida de peso. “Un diagnóstico a tiempo puede salvar vidas”, expresó Fernando Piotrowski, director ejecutivo de ALMA y paciente con leucemia.
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Si bien la ciencia avanzó con terapias innovadoras y menos tóxicas, el acceso a esos tratamientos no es equitativo. Las demoras en aprobaciones, la escasez de hematólogos en algunas provincias y la falta de actualización de coberturas limitan las posibilidades de recuperación. Las desigualdades en salud siguen marcando la diferencia en los resultados.
Desde ACSA advierten que las demoras en el acceso terapéutico son tan graves como la enfermedad misma. Muchas veces, el cuello de botella no es clínico sino burocrático. “Los pacientes no pueden esperar”, señalaron desde las tres organizaciones.
Reclaman que se garanticen los estudios moleculares en tiempo y forma y que se agilicen los procesos de autorización. También exigen que las obras sociales actualicen vademécums y reduzcan los plazos para entregar la medicación. La visibilización es parte de la solución, pero la respuesta debe ser política y estructural.
Fuente: NA.









