


El presidente de YPF, Horacio Marín, planteó la necesidad de avanzar en una nueva ley de biocombustibles consensuada entre el sector energético, el agro y la industria automotriz, para promover un marco que potencie la producción de bioetanol a partir de maíz. Lo hizo durante una de las exposiciones centrales del Congreso Maizar 2025, evento que reunió a referentes de toda la cadena agroindustrial en Buenos Aires.


“Una buena ley no es por lobby. Es trabajar los tres juntos por la Argentina”, dijo Marín frente a un auditorio repleto de productores, técnicos y empresarios. La frase aludió a los conflictos que históricamente han frenado la actualización de marcos regulatorios en esta materia, debido a presiones cruzadas entre intereses sectoriales.
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Argentina produce cerca de 50 millones de toneladas de maíz anuales, pero solo una fracción se destina a la generación de bioetanol, a diferencia de Brasil y Estados Unidos, donde este biocombustible ha sido clave para expandir la agricultura y diversificar la matriz energética. El contraste fue remarcado por Federico Zerboni, presidente de Maizar, quien apuntó a “años de estancamiento” y a un “camino equivocado” en la política nacional.
Durante su ponencia, Marín presentó además el plan 4x4 de YPF, basado en eficiencia operativa, expansión en Vaca Muerta, exportación de GNL y crecimiento de la infraestructura energética. El ejecutivo aseguró que estas metas permitirán generar 40 mil millones de dólares anuales en exportaciones energéticas, equiparando los ingresos actuales del agro y aliviando la dependencia económica sobre el campo.
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El mensaje fue bien recibido por la dirigencia agroindustrial, que celebró la posibilidad de una alianza estratégica entre el Estado, el campo y la industria, como señaló Marcelo McGrech, presidente del Congreso Maizar 2025. “El maíz ya no es solo un cultivo, es un vector de cambio. Necesitamos acuerdos que trasciendan gobiernos”, sostuvo.
Zerboni reforzó el reclamo por la eliminación de las retenciones a los granos, planteo que tuvo eco inmediato en el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta. “Todo lo que han dicho es lo que yo pienso”, respondió, reconociendo el maltrato que históricamente recibió el sector agropecuario desde el Estado. “Nunca se ordenó la macroeconomía ni se acompañó al campo como lo hicieron nuestros vecinos”, admitió.
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Iraeta aseguró que el actual gobierno busca cambiar el rumbo, con un fuerte ajuste fiscal y una visión más integradora para el sector productivo. “Por primera vez estamos cambiando la terapia”, afirmó, y se comprometió a trabajar en conjunto para crear condiciones que impulsen el agregado de valor.











