

Polémica, pretenden eliminar la carrera de Investigador científico de Conicet
Actualidad02/06/2025

El sociólogo Ariel Goldstein denunció un plan concreto para desarmar el CONICET. El documento fue elaborado por la Fundación Libertad y Progreso, cercana al gobierno de Javier Milei, y lleva la firma de referentes del espacio liberal.


El texto propone reemplazar la Carrera del Investigador Científico por contratos precarios. Según el informe, los nuevos vínculos se atarían a proyectos de corto plazo, con evaluaciones políticas y de mercado.
“Quieren desmantelar el CONICET. No es un rumor”, afirmó Goldstein. La denuncia se difundió a través de la red social X, donde el investigador compartió fragmentos del documento.
El presidente del consejo académico de la fundación es Alberto Benegas Lynch (h). El economista mantiene un vínculo estrecho con el presidente Milei y apoya públicamente sus decisiones.
El nuevo esquema eliminaría la estabilidad laboral en la investigación científica. Tampoco garantizaría continuidad institucional ni independencia académica en los programas de largo plazo.
“La ciencia no está en los planes del Gobierno”, sostuvo Natalia Vaccarezza. La periodista lo expresó durante su columna en el programa "Desde el canil", por Bravo TV.
Entre 2023 y 2025, el presupuesto del área cayó casi un 43%. La cifra se desprende de datos oficiales publicados por organismos del propio Estado.
Actualmente, los investigadores solo pueden presentar proyectos competitivos. Es decir, con plazos determinados, sin continuidad garantizada, y bajo aprobación discrecional del directorio.
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“Vivís de manejar un taxi, y por la noche hacés ciencia”, ironizó Ezequiel Orlando. El periodista ilustró la precariedad creciente que atraviesa la comunidad científica.
La reforma plantea un modelo más cercano al libre mercado que a la investigación estatal. Las evaluaciones dependerían de criterios de rentabilidad y demanda, no de pertinencia o calidad académica.
Las empresas privadas no pueden absorber a toda la comunidad científica. Muchos investigadores quedarían fuera del sistema sin posibilidad de reinserción profesional.
La propuesta también afecta la formación de nuevos científicos. La falta de estímulos, becas y trayectorias de largo plazo limita el interés de estudiantes por la carrera científica.
“Hay una fuga de talentos silenciosa”, advierten desde el sector académico. Jóvenes profesionales migran o cambian de rubro por falta de oportunidades.
La medida golpea a otras instituciones clave como el INTA y el INTI. Ambas sufren recortes, despidos y paralización de proyectos en curso.
La comunidad científica considera esta etapa como una de las más críticas. La desinversión y la inestabilidad laboral generan incertidumbre y descontento generalizado.
“Sin ciencia no hay soberanía ni futuro”, repiten los investigadores en redes sociales. El mensaje busca instalar el valor estratégico de la producción científica en la agenda pública.
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Los científicos destacan la importancia de la investigación básica. Muchos proyectos no tienen aplicación inmediata, pero generan conocimiento imprescindible a largo plazo.
Los contratos cortos desalientan el trabajo interdisciplinario y sostenido. La producción de conocimiento requiere tiempo, recursos y condiciones estables.
La precarización también afecta la innovación tecnológica nacional. Sin ciencia aplicada, se pierde capacidad industrial y autonomía en sectores estratégicos.
Los periodistas del programa vinculan ciencia, educación e innovación. “Defender el CONICET es defender el conocimiento como bien público”, sostuvieron.
La propuesta aún no fue oficializada por el Gobierno, pero circula en espacios cercanos. El silencio del Ejecutivo alimenta la preocupación dentro del sector académico.
En otros países, el modelo liberal fracasó al aplicar estas reformas. El recorte científico provocó pérdida de capital humano y retroceso en indicadores educativos.
La mayoría de los países desarrollados aumentan la inversión en ciencia. Lo hacen para fortalecer su economía, su salud pública y su sistema educativo.
Argentina supo tener un sistema científico respetado en la región. El CONICET fue reconocido por organismos internacionales por su producción y calidad.
La pérdida de autonomía científica impacta en la democracia. Investigadores denuncian presiones políticas para condicionar líneas de trabajo.
Muchos proyectos actuales están en pausa por falta de financiamiento. Laboratorios, publicaciones y viajes de campo se ven restringidos o cancelados.
La situación generó declaraciones de repudio de universidades nacionales. Rectorados y consejos académicos piden revertir el desfinanciamiento.
La defensa del CONICET une a docentes, estudiantes y científicos. La preocupación trasciende partidos y convoca a toda la comunidad educativa.
“No es solo un ataque al CONICET; es un ataque al conocimiento”, concluyó Goldstein. La denuncia pone en alerta al sistema científico argentino ante un posible cambio estructural.








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