

La empresa petrolera China más grande avanza con su desembarco en Argentina
Actualidad06/06/2025

La empresa estatal Petrochina, una de las productoras de gas y petróleo más grandes del mundo, prepara su instalación definitiva en Argentina con la mira puesta en Vaca Muerta y otras cuencas hidrocarburíferas del país. El aterrizaje se concretaría antes de fin de 2025, con una oficina central en Buenos Aires y una propuesta comercial basada en la provisión de maquinaria, insumos petroquímicos y servicios técnicos.


El desembarco se da en un contexto complejo. Mientras la compañía china proyecta asociarse a empresas argentinas mediante contratos bajo modalidad CIF, los actores locales observan con recelo el avance del país gobernado por Xi Jinping en materia de importaciones, y critican la falta de reciprocidad en el comercio internacional.
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La apuesta de Petrochina se concentrará en tres líneas: venta de maquinaria pesada para oil & gas —como bombas, compresores y equipos de perforación—, oferta de productos petroquímicos y servicios posventa especializados. Según fuentes del sector, la intención es cubrir la demanda de firmas instaladas en Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, en una etapa de crecimiento exportador.
La petrolera asiática produce más de 2,5 millones de barriles diarios de crudo y 383 millones de metros cúbicos de gas, y es un actor dominante en el abastecimiento energético interno de China. A nivel internacional, exporta a más de 30 países y facturó en 2024 más de 400 mil millones de dólares, con ganancias netas superiores a los 22.000 millones.
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Sin embargo, su expansión hacia América Latina genera fricciones. El empresariado argentino, representado en parte por figuras como Paolo Rocca, considera que las compañías chinas compiten con reglas diferentes. “Podemos con todos, menos con China”, dijo el titular de Techint a fines del año pasado, denunciando la fuerte intervención estatal que distorsiona el mercado.
El avance de Petrochina también incomoda al Gobierno argentino, que busca mantener un alineamiento geopolítico explícito con Estados Unidos. El swap de monedas entre el Banco Central y el Banco Popular de China, por unos 18.000 millones de dólares, fue cuestionado en abril por el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, quien pidió su cancelación.
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En ese escenario, la instalación de Petrochina representa no solo una oportunidad comercial sino también un delicado movimiento diplomático. Mientras el Ejecutivo nacional busca ampliar mercados para sus recursos naturales, se ve obligado a equilibrar tensiones entre los intereses estratégicos de Washington y Beijing.









