


En el extremo sur de Florida, una autopista suspendida sobre el mar conecta 44 islas y redefine el estilo de vida costero. Se trata de la Overseas Highway, un tramo escénico de 180 kilómetros que une Miami con los Cayos de Florida. Sus 42 puentes, entre ellos el Seven Mile Bridge, ofrecen una de las postales más impactantes del continente.


La autopista funciona como arteria de una región que seduce a inversores y turistas por igual. Cada isla tiene un encanto particular y los argentinos comenzaron a poner el foco en este corredor insular. Las casas sobre pilotes, las amarras privadas y la cercanía a arrecifes hacen del lugar un paraíso para la vida náutica.
Según datos de la Miami Association of Realtors, los argentinos fueron los principales compradores extranjeros en Miami-Dade en 2024. Representaron el 21% del total y concentran inversiones por más de 900 millones de dólares. La mayoría compra en efectivo, con fines turísticos o de renta temporal.
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Aunque Miami sigue siendo el destino estrella, los Cayos comienzan a posicionarse como una alternativa más tranquila y exclusiva. Localidades como Key Largo, Islamorada y Key West concentran las búsquedas. El valor de las propiedades varía según el acceso al mar y la calidad constructiva.
Los argentinos buscan viviendas que funcionen como refugios familiares y al mismo tiempo generen ingresos en dólares. La alta demanda turística en la zona permite alquilar durante todo el año a visitantes estadounidenses y europeos. La ocupación estable potencia la inversión y asegura rentabilidad.
La Overseas Highway no solo permite llegar: transforma la experiencia de habitar. Manejar por ella es recorrer una pasarela escénica que atraviesa el Caribe estadounidense. En muchas casas, el garaje es un muelle y la lancha reemplaza al auto para las escapadas de fin de semana.
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Este tipo de corredor costero no es único en el mundo. En Noruega, Japón y Canadá existen rutas similares que integran islas y fomentan estilos de vida conectados al mar. Lo que antes era aislamiento, hoy se volvió un atractivo diferencial. Vivir en estas zonas ya no es un lujo excéntrico, sino una elección planificada.
El atractivo de los Cayos también radica en su distancia justa a Miami: lejos del ruido, cerca de todo. Las propiedades ofrecen privacidad, acceso directo al agua y cielos despejados todo el año. La pandemia aceleró el deseo de vivir rodeado de naturaleza sin resignar conectividad.
Para muchos argentinos, invertir allí es también una manera de proyectar un cambio de vida. En tiempos de incertidumbre, el horizonte despejado de los Cayos aparece como promesa de estabilidad. Y la Overseas Highway como el símbolo de un nuevo camino.
Fuente: LA NACION.








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