Canasta básica.
La canasta básica familiar en Puerto Madryn registró una suba del 1,9 % durante mayo, según el informe mensual elaborado por el Centro de Estudios José María Rey, que releva de manera sostenida la evolución de precios en los principales hipermercados de la ciudad.
El estudio se realizó sobre un grupo de 50 productos representativos, que incluyen carnes, frutas, verduras, artículos de limpieza y productos no perecederos, siempre con las mismas marcas y presentaciones para garantizar condiciones comparables en cada informe mensual.
El trabajo relevó precios en las cuatro principales cadenas de hipermercados de Puerto Madryn, seleccionadas como puntos de venta fijos desde el inicio del estudio, con el fin de mantener una muestra estable y confiable a lo largo del año.
Entre los productos que más aumentaron en mayo, se destacan los huevos por docena, con un incremento del 34 %, seguidos por las salchichas tipo Viena en paquetes de seis unidades, que subieron un 23 %, y la manzana roja, que tuvo un alza del 18 %.
“Aunque se observa una desaceleración en el ritmo de aumentos, los precios siguen siendo altos”, indicaron desde el centro de estudios, al evaluar los datos obtenidos en el trabajo de campo y contrastarlos con los informes de meses anteriores.
El informe también advirtió sobre una baja en el nivel de consumo, relacionada con la caída del poder adquisitivo de los salarios, una tendencia que se acentuó en los últimos dos meses, a pesar de la mayor variedad de productos disponibles en góndola.
Los técnicos del centro señalaron un cambio en el comportamiento de los sectores medios, que dejaron de comprar en exceso, como lo hacían en escenarios de inflación acelerada, y ahora adoptan estrategias de consumo más restrictivas, sin compras para stockearse.
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“Ya no se compra como antes, ahora se prioriza lo justo y necesario”, sostiene el informe, que refleja los testimonios recogidos durante las visitas a los comercios y el seguimiento semanal de precios en rubros básicos del hogar.
El relevamiento de mayo marcó un punto de inflexión en relación con meses anteriores, cuando los aumentos eran mucho más pronunciados y la incertidumbre generaba comportamientos de compra que presionaban aún más los precios de los productos esenciales.
A pesar de la desaceleración, los precios continúan por encima de la capacidad de compra de muchas familias, lo que se refleja en carritos más livianos, menor variedad en las elecciones y una fuerte concentración en ofertas o promociones.
El estudio señaló que la mayor variedad en góndola puede interpretarse como un signo de alivio temporal, ya que durante los meses de mayor tensión inflacionaria los faltantes de productos eran frecuentes y la oferta quedaba limitada a pocas marcas por rubro.
El informe del Centro José María Rey se publica mensualmente desde hace más de tres años en Puerto Madryn, y forma parte de un trabajo sistemático impulsado por referentes del Partido Socialista local, con metodología abierta y datos de acceso público.
Los técnicos a cargo mantienen una estructura fija de relevamiento que incluye visitas presenciales, planillas comparativas y chequeo cruzado, lo que permite construir una serie de evolución de precios que refleja la realidad cotidiana en los supermercados madrynenses.
“El precio de los alimentos sigue subiendo, aunque a menor velocidad”, destacaron los responsables del estudio, quienes insisten en la necesidad de acompañar los procesos de desaceleración con políticas que apunten a mejorar los ingresos de las familias.
El equipo técnico valoró que la variación de mayo fue más baja que en meses anteriores, aunque recordó que el acumulado anual aún refleja una suba importante, con impacto directo sobre los hogares de menores ingresos y los sectores asalariados.
Las cifras muestran que algunos productos siguen siendo muy sensibles a cambios de oferta y demanda, como el caso de los huevos, la carne picada, las frutas frescas y ciertos enlatados, que presentan variaciones abruptas de una semana a otra.
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El estudio incluyó una proyección hacia fin de año, en la que se estima una inflación acumulada del 29,9 % para 2025, en caso de mantenerse el ritmo actual de aumentos y sin contemplar posibles sobresaltos estacionales en alimentos y transporte.
Ese porcentaje se ubica por debajo de los registros de 2024, pero aún lejos de un nivel estable, lo que evidencia que el proceso inflacionario no desapareció, sino que ingresó en una etapa de menor intensidad, pero con efectos persistentes.
El consumo masivo continúa en baja, según datos aportados por cadenas comerciales y relevamientos propios del centro, una situación que ya se traduce en cambios en los volúmenes de compra, en la rotación de productos y en la forma de pago utilizada.
Los productos más caros se eligen cada vez menos, mientras crece la participación de segundas marcas, una señal que los analistas interpretan como síntoma de agotamiento del ingreso familiar y de adaptación forzada a la nueva realidad de precios.
En el rubro carnes, se observaron subas moderadas que impactaron en la decisión de compra, con reemplazos hacia cortes más económicos, menor cantidad por compra y reducción en la frecuencia de consumo, sobre todo en los hogares con niños.
Los artículos de limpieza se mantuvieron estables en su mayoría, pero con escasa promoción, lo que elevó el valor promedio del ticket, mientras que los productos no perecederos mostraron leves alzas, pero con mayor disponibilidad en góndola que en meses anteriores.
El comportamiento de los consumidores refleja una mayor cautela y planificación, con recorridos previos, comparación de precios, uso de aplicaciones de oferta y una selección más medida de cada producto, en función del precio por unidad y no del envase.
El informe será actualizado nuevamente a fines de junio, con un nuevo relevamiento sobre la misma base, lo que permitirá evaluar si la tendencia de desaceleración se sostiene o si aparecen nuevas variables que incidan sobre el comportamiento general de precios.
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Desde el Centro José María Rey sostienen que la información abierta fortalece el derecho de los consumidores, y que el monitoreo periódico de precios ayuda a visibilizar las distorsiones que impactan en la vida cotidiana de los hogares.
El acceso a datos confiables sobre la evolución de la canasta básica resulta esencial para el diseño de políticas públicas, tanto locales como provinciales, especialmente en contextos de alta vulnerabilidad social y con marcada dependencia del salario formal.
El relevamiento de mayo deja un panorama mixto para Puerto Madryn, con señales de desaceleración en los precios, pero con consumo en baja y un escenario de alta sensibilidad ante cualquier alteración en el mercado o en los ingresos reales.
El informe se transformó en una referencia local para medios, sindicatos, organizaciones sociales y centros educativos, que lo utilizan como insumo para analizar la situación económica de la ciudad y discutir medidas de contención o acompañamiento a las familias trabajadoras.
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