

Las frases agresivas de Javier Milei contra legisladores y mandatarios provinciales reavivaron el malestar dentro del Congreso y aceleraron una respuesta institucional. Mientras el Presidente los trataba de “manga de hijos de puta” y los acusaba de “querer destruir al gobierno”, los gobernadores evitaron responder en público, pero coincidieron en que la contestación más contundente llegará este jueves en el recinto del Senado.

La oposición ya convocó una sesión especial con siete proyectos que generan incomodidad en el oficialismo. Entre ellos se incluyen iniciativas previsionales, una emergencia en discapacidad y dos proyectos tributarios que apuntan directamente a recursos que hoy maneja el Ejecutivo nacional. Se trata del reparto automático de ATN y la coparticipación del impuesto a los combustibles.
Los gobernadores sostienen que esos fondos no son discrecionales, sino recursos con destino específico que corresponden a las provincias. “La mejor respuesta a la locura del presidente es la sesión del jueves”, deslizaron desde la región centro, sin perder de vista que el debate trasciende lo económico y expone el vínculo deteriorado con el Poder Ejecutivo.
Aunque muchos mandatarios se mostraron colaborativos hasta ahora, el rechazo al recorte de recursos parece haber unificado criterios. No todos acompañarán los proyectos de mayor impacto fiscal como las jubilaciones o la emergencia en discapacidad, pero sí buscan avanzar con los de reparto tributario, cuya incidencia estiman en apenas 0,11 % del PBI.
Las provincias vienen alertando por la caída de recaudación y la merma en las transferencias desde Nación. Además, reclaman por la paralización de obras públicas y la falta de certezas presupuestarias. “Es una forma de demostrar que no quieren romper el equilibrio fiscal, pero no están dispuestos a quedarse callados”, resumen cerca de los firmantes.
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Tras el fallido intento de foto con gobernadores en Tucumán, Milei redobló la acusación contra ellos. “La intención de ellos es justamente romper todo”, dijo. “Están dispuestos a hacer sufrir a los argentinos con tal de mantenerse”, añadió el mandatario, en otra declaración que generó rechazo incluso entre sectores afines.
El gobernador Hugo Passalacqua apeló a una mirada federal en su discurso del 9 de Julio. “Algún día el poder central entenderá que las provincias somos preexistentes a la Nación”, afirmó, y pidió abandonar los sectarismos y las ofensas. “No vale la pena la maledicencia ni los tweets que arden”, remató.
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Desde Córdoba, Manuel Calvo exigió a los senadores del PRO que defiendan los intereses de su provincia. Aseguró que “no hay ninguna excusa para no hacerlo” y que los recursos reclamados por las provincias “no tienen impacto fiscal”. Las declaraciones reflejan un creciente distanciamiento incluso en los bloques cercanos a Milei.
José Mayans, desde Unión por la Patria, recordó que el sistema de gobierno es republicano y el Congreso representa al pueblo. Germán Martínez fue más directo: “Que lea la Constitución del país que gobierna”. Y Maximiliano Ferraro sentenció: “La República no es un estorbo, es el límite que le pone la democracia al poder”.
Fuente: Clarín, La Nación, Infobae









