Cada vez más médicos del exterior se quedan en Argentina al estudiar en universidades públicas

Las aulas de Medicina en universidades argentinas suman año tras año más voces con acento extranjero. El fenómeno no es nuevo, pero ahora se profundiza con una particularidad: muchos de los médicos formados en el país comienzan a proyectar su vida profesional aquí, y no en sus lugares de origen.

La formación gratuita, sin exámenes de ingreso y con tradición académica sólida convirtió a la Argentina en un destino elegido por miles de jóvenes latinoamericanos. Las cifras más recientes muestran que uno de cada tres aspirantes a residencias médicas proviene de otro país. Colombia, Bolivia y Brasil encabezan esa lista.

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En paralelo, mientras universidades como la UBA o la UNLP incrementan la matrícula extranjera, el sistema sanitario local pierde médicos nacionales. Algunos emigran tras recibirse; otros, ya profesionales, buscan mejores salarios y estabilidad fuera del país. Esta doble corriente –de entrada y salida– expone una tensión que no parece resolverse.

En varias facultades, como las de La Plata y Córdoba, la matrícula foránea creció más de un 50% en los últimos años. Las cifras no solo impactan en Medicina. Carreras como Odontología, Obstetricia y Enfermería también reciben cada vez más estudiantes del exterior.

Algunos rectores ya anticiparon que la situación económica actual pone en riesgo la continuidad del segundo cuatrimestre. Aumentos en servicios, falta de fondos y becas desactualizadas encendieron alarmas en instituciones que ya funcionan con recursos acotados y más estudiantes que nunca.

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El Estado aún no definió una política uniforme para regular el ingreso de extranjeros no residentes. La ley lo permite, pero cada universidad decide si cobra o no aranceles. Mientras tanto, algunos exfuncionarios plantean alternativas: exigir contraprestaciones, establecer cupos o priorizar a quienes se comprometan a ejercer en el país.

En el sistema de residencias, el Gobierno introdujo cambios que apuntan a beneficiar a quienes se formaron en universidades locales. En el último concurso unificado, una parte significativa de los cargos fue adjudicada a graduados extranjeros, lo que generó nuevos debates sobre equidad y recursos.

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Los egresados extranjeros valoran la formación, pero también notan las carencias estructurales del sistema donde piensan insertarse. Muchos deciden quedarse porque encuentran posibilidades reales de trabajo, aunque reconocen que las condiciones distan de ser ideales.

Desde el sector académico y sanitario insisten en que la prioridad debe centrarse en retener a los profesionales locales. Mejores salarios, planificación de residencias y un sistema de atención primaria fortalecido son parte de la fórmula para evitar que los médicos formados en el país terminen atendiendo en otras latitudes.

Fuente: Clarín