La nieve retrocede un metro cada dos años y ya afecta ríos, lagos y reservas en Chubut

Chubut18/07/2025Sergio BustosSergio Bustos
nieve cordillera
La nieve retrocede.

La cordillera del oeste chubutense se queda sin nieve. Cada temporada pierde entre 30 y 50 centímetros de acumulación, una tendencia que se aceleró desde 2021 y ya impacta sobre ríos, lagos y reservas de agua. Así lo confirmó el meteorólogo y docente Walter Maza, en base a registros obtenidos por sensores satelitales y modelos climáticos regionales.

“Lo perdido no se recupera con una buena nevada puntual”, advirtió el especialista en declaraciones a radio Del Mar. Afirmó que el retroceso es constante y no se detuvo ni en inviernos húmedos como el de 2024.

Los datos más recientes se tomaron en el noroeste provincial. Allí, la capa de nieve cayó hasta medio metro en apenas una temporada. El fenómeno ya se volvió estructural. Según Maza, los 13 modelos climáticos que analiza su equipo pronostican menos lluvias y más calor entre agosto y octubre.


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El fenómeno de El Niño entró en fase neutra, lo que complica aún más el escenario: no habrá corrientes dominantes que puedan revertir el patrón. Aunque pueda nevar en días puntuales, el volumen no alcanzará para recuperar lo perdido.

Este retroceso afecta de forma directa al sistema hídrico patagónico. El lago Colhue Huapi se encuentra tres metros por debajo de su nivel de referencia. El Musters, que lo alimenta, también está en retroceso. Y el río Senguer, que los conecta, depende casi por completo del deshielo cordillerano.

“Desde 2008 hay un descenso progresivo, pero la caída más fuerte se da desde 2020”, explicó Maza. A eso se suma la mayor presencia de precipitaciones líquidas en zonas que antes registraban fuertes nevadas.

El cambio climático aparece como telón de fondo. El especialista aclaró que no se puede atribuir un evento puntual a la acción humana, pero sí reconocer una tendencia. “El aumento sostenido de la temperatura global está modificando los ciclos naturales”, señaló.


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En los próximos días, el pronóstico anticipa lluvias en el sur cordillerano. Se espera que entre el 18 y el 20 de julio las precipitaciones líquidas superen el 60% de probabilidad, mientras que la chance de nieve es del 40%. Un dato que confirma la tendencia.

El panorama inquieta. Maza recomendó avanzar en una red de sensores que permita monitorear en tiempo real el comportamiento climático. Advirtió que en la Patagonia sigue faltando información in situ, lo que limita la capacidad de anticipar crisis hídricas.

Las estaciones meteorológicas automatizadas, explicó, son accesibles y brindan datos vitales. “Necesitamos información concreta para planificar el uso del agua”, dijo.

La pérdida de nieve ya no es una alerta futura. Es una realidad comprobada que obliga a repensar el vínculo con los recursos hídricos en un contexto donde las condiciones naturales ya no garantizan el abastecimiento.

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