Fentanilo mortal: Rosario apunta contra laboratorios ligados al tráfico de efedrina

Policiales26/07/2025Sergio BustosSergio Bustos
fentanilo
Fentanilo y efedrina peligrosa mezcla.

El caso del fentanilo contaminado, que ya provocó más de 50 muertes, destapó una red de vínculos que remite al corazón del narcotráfico argentino. La Municipalidad de Rosario, en su rol de querellante, entregó pruebas que conectan a los laboratorios Ramallo y HLB Pharma con empresarios relacionados al desvío de efedrina.

Pablo Javkin, intendente rosarino, presentó documentación detallada ante el juez federal Ernesto Kreplak. El informe apunta directo a Ariel García Furfaro, Jorge Salinas y Damián García, exdirectivos de Laboratorio Apolo, una firma que explotó en 2016 tras años de denuncias.

“Hay una continuidad estructural, comercial y operativa entre Apolo, Ramallo y HLB Pharma”, afirma la presentación. Según el documento, los responsables cambiaron de razón social pero mantuvieron su operatoria y vínculos.

Apolo fue denunciado por importar más efedrina de la que podía justificar. Carecía de infraestructura real para producir a escala, lo que generó sospechas de que funcionaba como pantalla para desviar precursores químicos hacia el narcotráfico.


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En la causa por el “triple crimen de General Rodríguez” apareció documentación que involucraba a Apolo. El asesinato de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, ocurrido en 2008, destapó una red de tráfico de efedrina a cárteles mexicanos. Apolo figuraba como una de las empresas con permisos para importar.

A pesar de esa conexión, la firma continuó operando y renovando habilitaciones. En 2016, una explosión en su planta de Rosario causó destrozos en el barrio. La causa judicial concluyó en una probation insólita: los imputados debían limpiar un museo una vez por semana.

Entre los imputados estaban Jorge Salinas y los hermanos García. En el mismo expediente, uno de ellos figuraba además como abogado del museo donde cumplía tareas. La sospecha de impunidad judicial quedó instalada desde entonces.

Hoy, esos mismos empresarios aparecen como responsables de la producción y comercialización del fentanilo adulterado. La sustancia, cien veces más potente que la morfina, habría sido distribuida a hospitales públicos sin controles adecuados.

Uno de los destinos fue el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. La droga llegó allí en dos lotes ahora bajo análisis judicial. La hipótesis es que parte del producto fue desviado al mercado ilegal.


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Javkin fue contundente en su presentación: “No estamos ante un accidente. Hay antecedentes, relaciones personales y comerciales que deben investigarse en profundidad.”

Las sociedades involucradas se mantuvieron operativas con nombres distintos, pero con los mismos actores detrás. Entre ellas figuran Apolo, Alfarma SRL y Droguería ABC 1 SA. Todas con vínculos directos a Furfaro, Salinas y Vozza.

Según los registros municipales, operaban como droguerías o laboratorios, muchas veces con permisos vencidos o en trámite. El circuito de habilitaciones aparece descontrolado. “No hubo interrupción significativa en la producción”, subraya el escrito presentado por el municipio.

La denuncia también menciona un fraude al PAMI que superó los $21 millones. Salinas fue procesado por usar facturas apócrifas y contratos irregulares. La causa fue impulsada por Graciela Ocaña, entonces titular del organismo.

Además, se comprobó que Salinas contrabandeaba suero desde Paraguay hacia Rosario. En paralelo, participaba como accionista o apoderado de firmas que fabricaban medicamentos para uso hospitalario.


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La justicia ya inhibió los bienes de los involucrados y les prohibió salir del país. Kreplak ahora debe avanzar sobre los nexos entre los laboratorios, las muertes por fentanilo contaminado y las estructuras que sostuvieron esta operatoria durante años.

Javkin cree que la explosión de Apolo no fue un accidente. Para él, fue un intento de borrar huellas. La caldera había sido reparada de forma precaria. La causa se cerró sin juicio oral, pero sus consecuencias reaparecen hoy con fuerza.

“Rosario no va a tolerar otra red narco amparada en estructuras legales”, declaró el intendente. Su presentación busca activar una causa federal que podría derivar en nuevas imputaciones.

La trama pone en jaque al sistema de control farmacéutico. Empresas con antecedentes penales accedieron a licencias y produjeron sustancias de altísimo riesgo para el sistema público.

Mientras tanto, los familiares de las víctimas del fentanilo adulterado esperan respuestas. Quieren saber cómo una sustancia médica terminó convertida en veneno.

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