
Murió succionado por una resonancia magnética al entrar con un collar de 9 kilos
Actualidad27/07/2025
Sergio Bustos
Un hombre de 61 años murió al ser succionado por una máquina de resonancia magnética en un centro médico de Nueva York. Llevaba un collar de entrenamiento de 9 kilos y fue arrastrado violentamente por el campo magnético.


El hecho ocurrió en Nassau Open MRI, en Westbury, Long Island. La víctima, identificada como Keith McAllister, acompañaba a su esposa a realizarse un estudio en la rodilla.
“Me ayudó a levantarme, me saludó con la mano y después su cuerpo se quedó flácido”, relató Adrienne Jones-McAllister, aún conmocionada. Fue testigo directa del accidente.
El aparato funcionaba sin autorización, según informó la policía del condado de Nassau. La sala debía permanecer cerrada o bajo estrictos protocolos de seguridad mientras el imán estuviera activado.
OTRAS NOTICIAS
“Llevaba una gran cadena metálica alrededor del cuello, lo que provocó que fuera arrastrado hacia la máquina”, detallaron desde la comisaría local. El caso fue caratulado como “accidente médico”.
La resonancia magnética genera un campo de alta intensidad que actúa como un imán poderoso. Puede atraer celulares, llaves, tanques de oxígeno, herramientas o, como en este caso, un collar de pesas.
La cadena que usaba McAllister pesaba aproximadamente 9 kilos. Era un accesorio habitual en sus entrenamientos. No se la quitó antes de ingresar a la sala, aparentemente por falta de advertencia médica.
El protocolo exige retirar todo objeto metálico del cuerpo antes de una resonancia. Incluso elementos invisibles, como marcapasos o implantes, deben informarse con anticipación.
OTRAS NOTICIAS
El accidente expuso una falla grave en el manejo de la seguridad dentro del centro médico. Las autoridades no confirmaron si el personal activó la máquina sin revisión previa o si hubo un error técnico.
La viuda de McAllister ya inició acciones legales. Su abogado declaró que el centro no siguió los procedimientos básicos de prevención. “Fue una tragedia evitable”, afirmó.
En Estados Unidos existen antecedentes de lesiones graves por este tipo de máquinas. Sin embargo, los casos fatales son extremadamente raros. Este podría ser uno de los más extremos registrados hasta ahora.
La muerte de McAllister reabre el debate sobre controles y protocolos en instituciones privadas. También visibiliza el riesgo oculto de un aparato que, aunque no emite radiación, puede generar una fuerza física letal si no se manipula correctamente.
La investigación continúa en manos del Departamento de Salud de Nueva York. El centro Nassau Open MRI no emitió declaraciones públicas tras el accidente.
















