

Las elecciones legislativas de este año costarán casi lo mismo que las presidenciales de 2023, a pesar de que no habrá ni PASO ni segunda vuelta. El Gobierno destinó una partida de $395.133 millones para cubrir el operativo electoral, cifra apenas inferior al gasto de $422.537 millones los comicios nacionales anteriores, cuando se realizaron tres instancias de votación.


La boleta única de papel (BUP), que debuta este año, es uno de los principales factores que incrementan los costos. Según voceros de la Jefatura de Gabinete, cada boleta costará cerca de un dólar y su impresión demandará $43.000 millones más IVA. A eso se suman gastos en biombos, útiles, capacitación de autoridades de mesa y materiales específicos del nuevo sistema.
El contrato con el Correo Argentino representa más de la mitad del presupuesto electoral: $223.000 millones. Ese monto incluye tareas logísticas tradicionales y otras funciones que antes tenía la Dirección Nacional Electoral, como la transmisión de telegramas y el escrutinio provisorio. La empresa estatal fue elegida para realizar esas tareas mediante licitaciones privadas por invitación, sin publicación de pliegos ni ofertas digitales.
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La empresa española Indra fue contratada por $21.000 millones más IVA para el escrutinio provisorio, pero los detalles de la licitación no fueron difundidos públicamente. Críticas apuntan a la falta de transparencia del proceso, sobre todo al compararlo con las prácticas de 2021 y 2023, donde hubo mayor participación ciudadana y control político.
“Que licitaciones tan sensibles no hayan sido públicas es un paso atrás”, cuestionó Marcos Schiavi, extitular de la DINE. Según el exfuncionario, ni la suspensión de las PASO ni la adopción de la BUP lograron reducir el gasto. Al contrario, el presupuesto se mantuvo elevado pese a que solo se hará una elección nacional.
Desde el Gobierno defienden la decisión de concentrar las contrataciones en el Correo Argentino por ser una sociedad anónima estatal que permite licitaciones más ágiles. “El sistema unificado permite simplificar procesos y lograr una gestión más eficiente”, aseguraron desde la Vicejefatura de Interior.
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Sin embargo, la boleta única fue presentada en su momento como una solución más económica y transparente, pero terminó siendo una fuente de nuevas erogaciones. Schiavi remarcó que, a diferencia de las boletas partidarias, ahora el Estado centraliza los contratos con imprentas y asume un costo superior aún sin récord de listas ni categorías.
Fuente: LA NACION.

















