
El Senado reabre el debate por la Corte y reaparecen los puentes con el kirchnerismo
Política06/08/2025
Sergio Bustos
La discusión por la ampliación de la Corte Suprema resucitó en el Senado. El oficialismo retomó el tema tras dos meses de congelamiento legislativo y abrió la puerta a un nuevo acercamiento con el kirchnerismo.


El plenario de comisiones del martes incluyó exposiciones de tres juristas: Diego Armesto, Marcelo López Mesa y Aída Tarditti. Todos coincidieron en que la Corte necesita reformas en su funcionamiento, composición y paridad de género.
Detrás de ese debate técnico, se mueve un ajedrez político cada vez más tenso. La Libertad Avanza y el kirchnerismo ensayan diálogos reservados mientras discuten si la Corte debe tener siete o nueve integrantes.
La propuesta que más fuerza tomó fue la del senador Juan Carlos Romero, quien propuso llevar el número a siete con dos mujeres obligatorias. Distintas bancadas dieron señales de apoyo.
OTRAS NOTICIAS
Alejandra Vigo, titular de la comisión de Asuntos Institucionales, confirmó que el debate continuará la semana próxima. Además, pidió que en el próximo encuentro participen funcionarios del Ejecutivo nacional.
La Casa Rosada observa el tema con cautela. En las últimas semanas, el Gobierno moderó su postura y volvió a conversar con figuras del kirchnerismo, especialmente con Juan Martín Mena y Sebastián Amerio, según confirmó el diario La Nación.
Los pliegos judiciales de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla siguen trabados, un recordatorio del poder de bloqueo que todavía conserva Unión por la Patria.
“El kirchnerismo puede no tener mayoría, pero todavía define los tiempos del Senado”, dijo un senador opositor que presenció la reunión informativa.
En el fondo, el Gobierno apuesta a reforzar su bancada en las elecciones de medio término de 2025, cuando se renovarán 24 bancas. Esa expectativa condiciona los tiempos del debate judicial.
OTRAS NOTICIAS
Mientras tanto, el kirchnerismo presiona para avanzar con una Corte de nueve integrantes y mayoría femenina. Ese objetivo, que parecía fuera de agenda, volvió con fuerza al centro de la escena.
“No hay consenso, pero hay movimiento”, resumió un legislador del oficialismo. La frase refleja el clima en el Congreso: nadie se arriesga a nada, pero todos se preparan para todo.
Si el oficialismo quiere nombrar nuevos jueces, necesita votos que no tiene. Por eso, cualquier intento de ampliar o reformar la Corte pasa inevitablemente por un pacto con el bloque kirchnerista.
Incluso en caso de perder en octubre, Unión por la Patria mantendría la capacidad de bloquear designaciones. Esa amenaza latente mantiene congeladas las ambiciones del Ejecutivo.
La ampliación de la Corte no solo es un debate institucional. Es también una pulseada por el control del futuro judicial, donde cada jugada puede tener consecuencias profundas.
















