
El asado en la Patagonia se derrumba y rompe un récord histórico de precios
Actualidad09/08/2025
Sergio Bustos
La Patagonia vive un cambio inesperado en sus góndolas. El kilo de asado cuesta hoy $7.000 menos que hace unos meses, según un informe del INTA que confirma un desplome de más del 30% desde marzo.


La caída comenzó tras la resolución 460/25 del SENASA, que habilitó el ingreso de asado con hueso del norte del país. En julio, el precio bajó un 23% respecto a junio y se ubicó apenas por encima de los $12.900, lejos del techo de $20.000 que alcanzó antes de la medida.
El impacto fue generalizado, salvo en Santa Cruz, donde el mercado no mostró la misma variación. Para los consumidores del norte patagónico, significa pagar valores que no se veían en años.
La baja contradijo a quienes aseguraban que la flexibilización no afectaría los precios. “Era obvio que los valores en un principio tenderían a bajar. Lo que dudamos es que se mantengan”, dijo un productor consultado.
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El estudio también muestra que la histórica brecha con el resto del país se achicó al 14%, el mínimo en varios años. En mayo de 2023, la diferencia llegó al 121%.
El informe del INTA destaca que mientras el asado cayó, otros cortes como la carne picada y la bola de lomo subieron, sobre todo en Río Negro, Neuquén y Chubut. Esto sugiere que la mejora en el bolsillo podría limitarse a un solo producto.
No todo es positivo. La flexibilización encendió alarmas sanitarias y comerciales. Chile cerró su mercado a la carne patagónica, afectando a un sector que exporta con altos estándares sanitarios.
La medida pone en riesgo el estatus de región libre de fiebre aftosa sin vacunación. “No es solo un problema comercial, sino proteger un patrimonio sanitario que llevó décadas construir”, alertan ganaderos.
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La pérdida de un socio comercial como Chile golpea la rentabilidad de miles de productores y limita las exportaciones con valor agregado.
Especialistas advierten que, si la fiebre aftosa ingresara, el costo de erradicarla sería millonario y devastador para los rodeos.
Productores y cámaras agropecuarias reclaman que se restituya la barrera sanitaria para preservar la reputación internacional de la Patagonia.
Por ahora, la incógnita es si la baja en el asado será duradera o si, como temen en el sector, se trata de un alivio pasajero que pronto quedará atrás.
Lo cierto es que, por primera vez en mucho tiempo, el asado patagónico no es sinónimo de precio inaccesible. Y eso, en la mesa familiar, se siente.
















