

Fabrizio Crozzolo firmó una actuación memorable en la Vuelta a Ávila y terminó segundo en la clasificación general, con un cierre que lo dejó a solo tres segundos del campeón. El ciclista de Puerto Madryn, que integra el equipo Technosylva Maglia Rower Bembibre, demostró un altísimo nivel en las tres etapas de la competencia española. Su rendimiento constante lo mantuvo en la pelea por el primer puesto hasta el último kilómetro.


En la jornada final, Crozzolo ocupó el puesto 20, cruzando la meta con un retraso de 1’50’’ respecto del ganador de la etapa, José Pena, del equipo Valverde. El vencedor de la general fue Martín Muñoz, del Extremadura, que llegó 14°, y sumó el tiempo justo para dar vuelta la clasificación. “Sabía que sería muy duro, pero dejé todo lo que tenía”, expresó el madrynense tras el arribo.
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La etapa decisiva exigió al máximo a los corredores, sobre todo en el tramo de montaña donde el desgaste físico fue determinante. Crozzolo lideró en solitario durante 40 kilómetros, lo que reflejó su compromiso pero también condicionó sus fuerzas al final. Esa diferencia se notó en los últimos tramos, donde no pudo contener el avance de sus rivales directos.
El dato más impactante fue la mínima diferencia en la clasificación: Crozzolo llegó con 31 segundos de ventaja sobre Muñoz, pero el ciclista del Extremadura logró descontar 34 segundos en el global. Así, el título se definió por apenas tres segundos, lo que demuestra lo pareja que fue la competencia. Fue un desenlace tan ajustado como emotivo.
Pese a no subir al escalón más alto del podio, Crozzolo se consagró como el mejor Sub 23 de la carrera. También se llevó la distinción al más regular, demostrando un nivel parejo en todas las etapas. Su equipo, Technosylva Maglia Rower Bembibre, fue elegido como el más destacado de la Vuelta.
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El joven chubutense cerró una gira europea muy positiva, donde ganó dos etapas y sumó varias presencias en el podio. Su nombre empieza a sonar cada vez más fuerte en el ciclismo internacional. La Vuelta a Ávila fue una nueva muestra de su proyección y constancia.
“Me faltó un poco más de energía al final, pero estoy contento con todo lo que hicimos”, contó con humildad tras la premiación. Crozzolo sigue creciendo y dejando huella en cada presentación. Su estilo agresivo y su capacidad para sostener el ritmo lo posicionan como una promesa concreta.
La actuación de Crozzolo en España ratifica el buen momento que atraviesa el ciclismo argentino en el exterior. El segundo puesto en una vuelta tan exigente como Ávila no es casualidad, sino fruto de trabajo, talento y decisión.

















