Neuquén en alerta: la sequía deja pastizales devastados y complica a los crianceros

La falta de agua se transformó en el problema más grave para la producción ganadera neuquina. Los pastizales naturales, base de la alimentación de miles de animales, no lograron recomponerse y los crianceros ya advierten que la situación será crítica.

El secretario de Producción, Diego García Rambeaud, admitió que el escenario es complejo. “Si bien ha nevado, es un año muy seco, muy por debajo de la media”, explicó en declaraciones a Radio CALF.

El funcionario remarcó que los ciclos de veranada e invernada quedaron alterados. Cuando la hacienda bajó a los campos de invierno, estos no estaban recuperados. Y ahora, al regresar a las veranadas, la falta de pasto vuelve a marcar la temporada.

La primera consecuencia es directa: menos forraje disponible y mayores dificultades para sostener la carga animal. Desde la Secretaría analizan medidas de apoyo, como la entrega de pellets de alfalfa y fardos de pasto, además de asistencia técnica en los campos.

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La participación de estudiantes de Ciencias Agrarias también forma parte del plan. “Pueden colaborar en la toma de datos, generación de estadísticas y planificación de pastizales”, explicó García Rambeaud, que se reunió con autoridades de la Facultad en Cinco Saltos.

El panorama climático es preocupante en toda la Patagonia norte. El Servicio Meteorológico Nacional confirmó que las precipitaciones fueron muy inferiores a lo normal y que las temperaturas mínimas más altas impidieron la acumulación de nieve.

Investigadores del CONICET advierten que los déficits de agua en algunas cuencas alcanzan el 30% respecto de los promedios históricos. Este dato refleja la magnitud del fenómeno y explica el deterioro de los campos.

El Ministerio de Agricultura de la Nación ya había emitido informes que alertaban sobre la duplicación de la superficie afectada por la sequía en la región. El impacto es visible en la calidad de los pastizales y en la pérdida de capacidad de carga.

García Rambeaud recomendó a los productores tomar decisiones rápidas. “Hay que acompañar con buenos criterios los ajustes de carga”, señaló. Esto implica evaluar el estado corporal de los animales y decidir qué rodeo puede seguir en producción.

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El concepto apunta a seleccionar la hacienda que se encuentra en condiciones de mantener el ciclo productivo y comercializar animales de refugo, como ovejas o chivos viejos. De ese modo, se busca reducir la presión sobre los pastizales deteriorados.

La medida, aunque dura, puede aliviar el impacto económico. Los crianceros saben que no todos los animales resistirán una temporada marcada por la falta de pasto y deben priorizar los que aseguren continuidad.

El secretario recordó que la provincia ya atravesó otras sequías, pero subrayó que esta vez las señales son más severas por la persistencia de temperaturas atípicas y la falta de acumulación de nieve.

“Los pastizales son la base de nuestra ganadería. Sin ellos, el riesgo es perder no solo animales, sino también la sustentabilidad de todo el sistema productivo”, advirtió García Rambeaud.

Neuquén busca articular esfuerzos entre productores, universidades y organismos estatales. El objetivo es contener una emergencia que amenaza con dejar marcas profundas en la economía rural de la provincia.