Pastora pide ayuda urgente para sostener un merendero que alimenta a decenas de familias

Chubut19/08/2025

Pastora Julieta Reyes

En Puerto Madryn, una historia de fe y solidaridad se encuentra en un momento límite. Julieta Reyes, pastora de una pequeña iglesia ubicada en el barrio San Miguel, relató en Segunda Mañana,cómo junto a su familia y un reducido grupo de voluntarios llevan adelante un merendero que da respuesta a decenas de familias que no encuentran ayuda en ningún otro espacio.

El proyecto nació hace diez años, después de que ella sufriera un grave accidente y recibiera una ola de solidaridad de parte de la comunidad. “La gente no solo me llevó medicamentos, también leche para mis hijos. Eso nos marcó mucho y decidimos que, si alguna vez podíamos, íbamos a devolver esa ayuda”, contó con la voz entrecortada.

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Desde entonces, organizaron campañas de ropa, cortes de pelo gratuitos y reparto de alimentos en barrios donde la necesidad es extrema y nadie golpea la puerta para tender una mano. Sin embargo, hoy la situación los desborda. Julieta enfrenta problemas de salud y el dinero que antes destinaban al ministerio ahora debe usarse para tratamientos médicos.

Julieta destacó en #LA17: “Llegamos al punto de no tener nada, ni una cebolla para dar. La semana pasada tuve que decirle a una madre que ya no podía darle leche porque le había entregado el día anterior. Eso me partió el corazón, porque sé que sus hijos la estaban esperando”, expresó con angustia.

La pastora remarcó que nunca se trató de un proyecto religioso con fines de captar fieles, sino de una acción comunitaria basada en el amor al prójimo. “Mi iglesia es muy pequeña, no entra dinero de diezmos ni ofrendas. Lo que hacemos es con lo que conseguimos día a día. Ayudamos a cualquiera que lo necesite, sin pedir que se congreguen”, explicó.

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Los alimentos que más necesitan son básicos: leche, harina, fideos, puré de tomate, cebolla y papa. Con eso elaboran guisos, panes o tortas fritas para las familias que llegan cada jornada. La carne y el pollo los compran en la medida de lo posible, pero cada vez resulta más difícil sostenerlo.

“Hoy pedimos ayuda de lo que sea. El hambre no espera. Un adulto se las rebusca, pero un chico sin un vaso de leche o un pedazo de pan duele mucho”, señaló. Además, destacó que muchas familias llegan endeudadas, con las tarjetas de crédito al límite o sin gas para cocinar, por lo que incluso abren su propia cocina para que puedan preparar algo caliente.

A pesar de las dificultades, la comunidad de jóvenes que acompañan a Julieta no pierde la esperanza. Con entusiasmo, organizaron el festejo del Día del Niño a pesar de la falta de recursos, demostrando que el compromiso se transmite de generación en generación.

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En los últimos días, luego de que su testimonio se difundiera en la radio, algunas personas acercaron donaciones de leche. “Lloré de emoción al ver esas bolsas en la puerta de mi casa. Le mandé un mensaje a mi esposo diciéndole: hoy se trabaja, hoy se entrega leche”, recordó emocionada.

Julieta insiste en que la solidaridad se multiplica en quienes conocen la necesidad de primera mano. “El que pasó hambre, cuando puede, ayuda. Eso lo tengo confirmado con los años”, aseguró. Y citó una frase que aprendió de su madre: “Donde comen seis, pueden comer diez”.

El merendero está ubicado en Ruperto Jiménez 1037, barrio San Miguel. Quienes deseen colaborar pueden comunicarse al teléfono 284 211161. Cada litro de leche, cada paquete de fideos o de azúcar, suma para que el merendero pueda seguir funcionando.