El scroll compulsivo daña la atención y favorece la adicción digital

En el podcast Salud y Bienestar de Radio Francia Internacional se analizó el impacto del scroll, esa práctica de deslizar sin parar en redes sociales como TikTok o Instagram. Investigadores advierten que este hábito adictivo compromete funciones cognitivas centrales y favorece la pérdida de concentración.

“Cuando estamos frente al celular haciendo scroll, la red neuronal de la gratificación se activa y la que regula el control cognitivo se apaga”, explicó Diego Emilia Redolar, docente de neurociencia de la Universidad Oberta de Catalunya. Según detalló, este fenómeno genera placer inmediato pero deteriora la atención, la memoria a corto plazo y la capacidad de tomar decisiones.

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El especialista comparó la dinámica con el efecto de las drogas en el cerebro, ya que ambas estimulan el núcleo accumbens y reducen la actividad de la corteza prefrontal. Esa combinación, advirtió, es la que aumenta la vulnerabilidad a la adicción y reduce el control de los impulsos.

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La neurociencia demostró mediante técnicas de neuroimagen que, mientras la lectura activa redes vinculadas al pensamiento abstracto y creativo, el scroll inhibe esas conexiones. Esto significa que, a largo plazo, los usuarios que pasan horas deslizando en sus teléfonos reducen su capacidad de razonamiento complejo.

Los efectos se observan con mayor intensidad en adolescentes, ya que la corteza prefrontal, región que regula el control cognitivo, termina de madurar recién a los 25 años. No obstante, Redolar señaló que todas las personas son susceptibles a sufrir el deterioro cognitivo que provoca el uso excesivo de estas plataformas.

Entre las consecuencias más evidentes aparecen la dispersión de la atención, la compra compulsiva inducida por contenidos publicitarios y la disminución en la capacidad de resolver problemas. Estos factores, sumados, profundizan el círculo vicioso de consumo digital.

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“El efecto más negativo del scroll es sobre la atención ejecutiva, que queda gravemente deteriorada”, puntualizó el investigador. Además, remarcó que los impactos no se limitan al plano cognitivo, sino que afectan también la salud emocional.

Salir a caminar, hacer ejercicio al aire libre o volver a leer en papel aparecen como alternativas efectivas para contrarrestar los daños. El especialista destacó que el ejercicio físico promueve la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, un efecto protector frente al deterioro provocado por el consumo compulsivo de contenido digital.

Promover la lectura es otra de las recomendaciones, ya que estimula redes cerebrales vinculadas al pensamiento creativo. Así, una práctica tan sencilla como leer un libro se convierte en una herramienta para equilibrar los efectos nocivos del consumo digital.

Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional