
Fuerte caída en las exportaciones de la zafra de langostino por más de USD 400 millones
Actualidad25/08/2025
REDACCIÓN
La pesca del langostino volvió a moverse en aguas nacionales después de casi cinco meses de inactividad y las comunidades pesqueras de la Patagonia respiran un alivio tras el histórico conflicto que mantuvo paralizada la zafra desde marzo hasta principios de agosto. La disputa entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y el empresariado dejó un impacto profundo en miles de familias.


Según datos oficiales, 108 embarcaciones se encuentran operando en el mar Argentino, con cerca de 5 mil marineros embarcados y otros 500 aguardando su relevo, lo que refleja un nivel de actividad que no se veía desde el inicio del conflicto. El repunte es recibido con entusiasmo, aunque las consecuencias del parate todavía pesan en la economía del sector.
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En Puerto Deseado, las descargas de agosto alcanzaron 1.500 toneladas, lo que representa la mitad de todo lo desembarcado en lo que va de 2025. “Lo celebramos porque se reactiva toda la cadena productiva que arranca desde la marinería, suma a los estibadores, güincheros y genera mano de obra en las plantas”, expresó Fernando Marcos, subsecretario de Pesca de Santa Cruz.
El funcionario precisó que desde el 1 de enero hasta el 19 de agosto se descargaron 1.800 toneladas en Puerto Deseado y 1.674 en Caleta Paula, sumando un total de 3.552 toneladas. A su vez, destacó la ampliación de la cuota social del recurso, que pasó de 3.800 a 4.500 toneladas y se prevé que llegue a 9.000, aunque este año las demoras redujeron su impacto.
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Las pérdidas son notorias. El sector estima una caída de exportaciones por USD 400 millones, además de salarios que no se cobraron durante meses y plantas procesadoras que trabajaron muy por debajo de su capacidad. La necesidad de instalar una mesa de diálogo permanente aparece como el consenso más claro entre gobierno, gremio y empresarios.
En paralelo, la Subsecretaría de Pesca provincial utilizó el tiempo de inactividad para avanzar en acuerdos básicos y garantizar condiciones mínimas de trabajo. “Fue un diálogo amigable con buena voluntad de los trabajadores y se establecieron pautas. La gente debe tener trabajo digno”, remarcó Marcos.
El SOMU plantea extender la zafra hasta diciembre, aunque la definición final estará en manos del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). La continuidad dependerá de la evolución biológica del recurso y de los niveles de captura de juveniles de merluza en la zona de veda.
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Las próximas semanas serán decisivas para determinar si la temporada puede prolongarse o si deberá cerrarse antes para preservar la sustentabilidad del recurso. La expectativa es que hacia octubre haya definiciones concretas que marquen el futuro inmediato de la actividad.
Mientras tanto, en los puertos patagónicos la sensación es de alivio. La reactivación no borra las pérdidas, pero devuelve movimiento a ciudades que dependen casi por completo de la pesca del langostino.
Fuente: La Opinión Austral

















