Juanes
“Cada persona lleva una cruz”, dijo Juanes al recordar los años de dolor que vivió junto a su familia. La tragedia golpeó fuerte y cambió para siempre su vida.
Su hermana estuvo 27 años en coma. La familia atravesó décadas de incertidumbre hasta que en 2019 llegó el desenlace. “Fue muy triste y muy loco al mismo tiempo sentir que ella falleció y que todos descansamos”, confesó.
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La pérdida de su padre también lo marcó. “Era nuestra primera nieta, todo era una celebración familiar. Pero ese día, al entrar al hospital, encontré a mi mamá y a mi tía llorando”, relató sobre aquel instante que transformó a todos.
En su adolescencia, la violencia en Medellín dejó otra huella. “Todos los que tuvimos que vivir nuestra adolescencia en Medellín en los 80, estamos vivos de milagro”, expresó al recordar esos años.
En medio del dolor, la música fue su salvación. “Me aferraba a la música, a las ganas de hacer mi carrera, de superarme”, contó el artista colombiano, que aprendió guitarra desde niño en un hogar lleno de arte.
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El apoyo familiar fue decisivo. “Mi papá me compró un acordeón porque vio que tenía actitud para la música”, recordó. Aunque la relación tuvo momentos difíciles, hoy siente que la conexión con su padre es aún más profunda.
Cuando decidió probar suerte en Estados Unidos, la soledad lo golpeó. “Llegué a Los Ángeles sin dinero, sin contrato, viviendo en un motel, solo, deprimido”, reveló sobre aquellos primeros tiempos.
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La fe de su madre lo sostuvo en los peores momentos. “Mi mamá siempre ha sido muy religiosa y nos inculcó la fe. Eso fue muy importante para ese momento de mi vida”, aseguró.
La fama trajo consigo sus propios fantasmas. “Llegué a un punto de hastío total, donde odiaba todo lo que hacía, odiaba mi música, odiaba mi cara, odiaba mi voz, me odiaba”, reconoció. Pero eligió detenerse y priorizar su salud mental: “Lo más valiente que pude hacer fue parar”.
Fuente: Paparazzi
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