Policía Santa Cruz
Un nuevo caso de presunta violencia institucional se produjo en Río Gallegos donde se realizó la denuncia por parte de los padres de un joven con discapacidad que habría sido golpeado por efectivos policiales. El hecho ocurrió en la noche del miércoles en inmediaciones de la cancha Enrique Pino y derivó en lesiones que obligaron a suturar la cabeza y el tabique nasal de la víctima.
De acuerdo al parte oficial del Comando de Patrullas, a las 23:10 se recibió un aviso por una supuesta riña en la zona. “Al arribar al lugar no se constataron disturbios”, indicaron desde la fuerza, aunque de todos modos se dispuso un rastrillaje por las calles cercanas. Fue en ese contexto cuando se demoró a dos adolescentes, uno de ellos Benjamín, de 18 años, portador de un Certificado Único de Discapacidad por retraso madurativo.
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Los padres relataron que el joven recibió golpes en la cabeza y la nariz con una tonfa policial. “Le dieron en la cara y en la cabeza, tuvo que recibir ocho puntos y quedó con el tabique afectado”, denunciaron, además de remarcar que su hijo fue trasladado esposado a la Comisaría Quinta.
La situación generó aún más indignación por lo ocurrido después de la aprehensión. “En vez de llevarlo al hospital, lo dejaron horas en la comisaría, sangrando y sin atención”, afirmó la familia, que sostuvo que recién más tarde fue derivado al centro de salud al constatarse que no había médico policial disponible.
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El otro adolescente demorado, de apenas 13 años, también denunció golpes. Según testigos, intentó explicar que no tenía relación con ningún disturbio, pero su versión no fue tenida en cuenta. “Nunca hubo pelea, los policías actuaron de forma desmedida”, expresaron vecinos que presenciaron la intervención.
El padre de Benjamín, que además integra la propia fuerza policial, aseguró que no obtuvo respuestas de sus superiores ni de autoridades judiciales cuando intentó conocer los motivos del procedimiento. “Nos dejaron horas sin información, fue una humillación”, sostuvo con evidente malestar.
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Sebastián Moreno, el ajedrecista madrynense que sueña con ser el primer gran maestro de la PatagoniaLa familia radicó la denuncia ante la Fiscalía de Instrucción, que deberá investigar las circunstancias del hecho y las responsabilidades de cada efectivo interviniente. Un nuevo caso de presunta violencia institucional conmueve a Río Gallegos tras la denuncia de los padres de un joven con discapacidad que habría sido golpeado por efectivos policiales. El hecho ocurrió en la noche del miércoles en inmediaciones de la cancha Enrique Pino y derivó en lesiones que obligaron a suturar la cabeza y el tabique nasal de la víctima.
De acuerdo al parte oficial del Comando de Patrullas, a las 23:10 se recibió un aviso por una supuesta riña en la zona. “Al arribar al lugar no se constataron disturbios”, indicaron desde la fuerza, aunque de todos modos se dispuso un rastrillaje por las calles cercanas. Fue en ese contexto cuando se demoró a dos adolescentes, uno de ellos Benjamín, de 18 años, portador de un Certificado Único de Discapacidad por retraso madurativo.
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Los padres relataron que el joven recibió golpes en la cabeza y la nariz con una tonfa policial. “Le dieron en la cara y en la cabeza, tuvo que recibir ocho puntos y quedó con el tabique afectado”, denunciaron, además de remarcar que su hijo fue trasladado esposado a la Comisaría Quinta.
La situación generó aún más indignación por lo ocurrido después de la aprehensión. “En vez de llevarlo al hospital, lo dejaron horas en la comisaría, sangrando y sin atención”, afirmó la familia, que sostuvo que recién más tarde fue derivado al centro de salud al constatarse que no había médico policial disponible.
El otro adolescente demorado, de apenas 13 años, también denunció golpes. Según testigos, intentó explicar que no tenía relación con ningún disturbio, pero su versión no fue tenida en cuenta. “Nunca hubo pelea, los policías actuaron de forma desmedida”, expresaron vecinos que presenciaron la intervención.
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El padre de Benjamín, que además integra la propia fuerza policial, aseguró que no obtuvo respuestas de sus superiores ni de autoridades judiciales cuando intentó conocer los motivos del procedimiento. “Nos dejaron horas sin información, fue una humillación”, sostuvo con evidente malestar.
La familia radicó la denuncia ante la Fiscalía de Instrucción, que deberá investigar las circunstancias del hecho y las responsabilidades de cada efectivo interviniente. El caso también quedó en manos del Cuerpo Médico Forense, encargado de evaluar las lesiones sufridas por el joven.
Fuente: La Opinión Austral
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