

Sergio "Kun" Agüero, uno de los futbolistas más queridos de Argentina, generó una ola de comentarios tras manifestar su apoyo al gobierno de Javier Milei. En una entrevista reciente, el exdelantero de la selección argentina explicó: “Cuando era chico, mis compañeros y las personas de mi barrio no teníamos para comer… el no tener para comer existe hace años”.


El Kun, que siempre fue un referente para millones de argentinos, sumó una reflexión que no pasó desapercibida. “Creo que el país a veces está bien, a veces está mal. Yo creo que al final tenemos que apoyar lo que hoy está”, concluyó, en clara referencia al contexto político y económico actual del país.
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Las redes sociales no tardaron en reaccionar ante estas declaraciones, y rápidamente se generó una profunda división de opiniones. Por un lado, muchos usuarios respaldaron al futbolista, argumentando que sus palabras reflejaban la dura realidad de muchas familias argentinas que atraviesan serias dificultades económicas. Para este sector, el testimonio del Kun puso en evidencia una situación que, aunque dolorosa, no es nueva.
Sin embargo, un importante sector de la sociedad lo criticó fuertemente, acusándolo de descontextualizar la situación social. Muchos lo calificaron como "desclasado", señalando que, debido a su estatus económico, no podría comprender las complejidades de la crisis que atraviesa gran parte de la población. Para algunos, el Kun, con su vida de lujos y reconocimiento internacional, no está en condiciones de opinar con esa perspectiva.
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Este debate se extendió rápidamente a las plataformas digitales, desatando un nuevo frente de discusión sobre la política y la influencia de los íconos deportivos en la sociedad. Los futbolistas, por su impacto y visibilidad, tienen una voz poderosa que trasciende las canchas. Sus opiniones pueden moldear el pensamiento colectivo, sobre todo en tiempos tan polarizados como los que atraviesa Argentina.
Lo que está claro es que las palabras del Kun Agüero abrieron un nuevo capítulo en el cruce entre fútbol y política, recordándonos que los íconos deportivos tienen un poder de influencia más allá de lo que ocurre en el campo de juego.
Fuente: BAE

















