Cecilia Moreau sorprendió en Diputados y abrió la sesión ante la ausencia de Martín Menem

El inicio de la sesión en la Cámara de Diputados dejó una postal que rápidamente se viralizó. Cecilia Moreau, vicepresidenta primera del cuerpo, ocupó la presidencia y dio inicio al debate en lugar de Martín Menem, que permaneció a un costado del recinto.

La escena se produjo pasadas las 13:20, cuando la oposición alcanzó el quórum con 132 legisladores presentes. Los aplausos se mezclaban con los gritos en las bancas, cuando una voz femenina irrumpió desde el estrado. “Con la cantidad de 132 diputados presentes damos inicio a la sesión”, proclamó Moreau.

Lo llamativo fue que Menem, titular de la Cámara, estaba en el recinto pero no tomó la palabra. Las versiones sobre su ausencia circularon con rapidez. Algunos señalaron que se demoró en el baño, mientras otros aseguraron que se mantenía detrás del estrado para no quedar en la foto del quórum.

La interpretación política fue más dura. Varios legisladores sugirieron que el episodio reflejó la debilidad del presidente de Diputados. “No puede manejar ya ni las aperturas de las sesiones”, ironizó un opositor que seguía de cerca la escena.

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En paralelo, la sesión giró hacia un cambio de reglas. Con los bloques en plena negociación, se resolvió recortar los tiempos de exposición para agilizar el debate. La decisión fue tomada en un cuarto intermedio con los jefes parlamentarios y el propio Menem.

El esquema acordado permitió unificar la discusión sobre la emergencia pediátrica y el financiamiento universitario, dos leyes vetadas que requerían insistencia con mayoría especial. Cada tema se votó por separado, pero con menos oradores y un debate más breve.

En este marco, la Casa Rosada mantuvo un rol activo. Guillermo Francos y Lisandro Catalán fueron los encargados de hablar con los gobernadores y garantizar respaldo a la estrategia oficial. La prioridad fue evitar que prosperaran cambios en la ley de DNU, considerada intocable por el Ejecutivo.

La irrupción de Moreau, sin embargo, corrió el eje del debate. Para la oposición, la actitud de la diputada de Unión por la Patria mostró determinación. “No dudó en asumir la presidencia cuando vio que había número”, señaló un legislador peronista.

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En el oficialismo, la lectura fue distinta. Algunos voceros reconocieron el malestar por la foto de Menem al margen de la apertura, un gesto que expuso tensiones internas. Otros minimizaron el hecho y lo atribuyeron a una confusión de segundos.

Lo cierto es que la sesión quedó marcada por ese arranque inesperado. Las imágenes de Moreau en la presidencia recorrieron medios y redes sociales, mientras Menem permanecía parado a un costado, sin intervenir.

La discusión legislativa avanzó con intensidad. Los bloques opositores ajustaron al mínimo la cantidad de oradores, lo que permitió reducir un debate que estaba previsto para más de 14 horas. La emergencia pediátrica y el financiamiento universitario se convirtieron en el centro de la sesión.

En el Congreso, la jugada de Moreau abrió especulaciones sobre el futuro de la conducción de la Cámara. “Fue un gesto político con alto impacto simbólico. Mostró la ausencia de Menem en un momento clave”, apuntó un analista en los pasillos.

El episodio también dejó en evidencia la tensión entre la dinámica parlamentaria y la estrategia del Ejecutivo. Mientras la Casa Rosada negocia con gobernadores, en el recinto se multiplican las señales de desgaste para la figura de Menem.

Con el correr de la tarde, la sesión continuó bajo un clima agitado pero sin incidentes mayores. Moreau volvió a su banca y Menem recuperó la presidencia, aunque la escena inicial siguió pesando más que los discursos.